miércoles, 14 de octubre de 2009


Algunos consideran "La vida breve", como la mejor novela de Juan Carlos Onetti, a mí me gustó, pero no tanto como "El astillero" y "Los adioses".
El particular estilo de Onetti, en novelas más largas como "Juntacadáveres" y "La vida breve", hace que la trama por momentos se diluya. Sigo pensando en sus cuentos, tanto como en "El astillero" y "Los adioses", allí la trama se condensa y Onetti cobra un vuelo inusitado, candente y muy original.
En "Los adioses", que acabo de leer, nos lanza sus personajes para que ellos nos armen la novela y nosotros la completemos con la lectura, es la creación literaria que me atrae y cautiva. En esta novela, el almacenero del pueblo se viste de narrador, ayudado por un enfermero y una mucama, que le acercan ciertos datos del personaje; un basquetbolista enfermo y en decadencia que viene a curar su tisis en las sierras. Su escasa locuacidad, hace que aquéllos vayan armando su vida con observaciones. En ese almacén que sirve, también de receptor postal, recibe cartas de distintos remitentes cercanos al personaje: su mujer y una amante. Casi al fin de la narración, dará una vuelta de tuerca la tensión del relato, con la ayuda de una de las cartas. Todo eso, en una forma como al desgaire, negligente y desprovista de emoción. El estilo de Onetti, muy propio en esos aspectos, cercano a Faulkner, pero no tanto como se dice; es incomprensible como la vida misma y en un mundo de perdedores, de los que no disfrutan estos supuestos placeres de la vida moderna. Donde si se tiene, no importa cómo, se es feliz.
J. C. Conde Sauné

2 comentarios:

  1. Acabo de leer "La vida breve" y como bien dices, en muchos momentos, al menos en el ejercicio personal de la lectura parece que la trama se va diluyendo y tiene algo de árido, de desértico, pero creo que es una de las características que lo hace muy bueno y sobre todo tan uruguayo. Saludos y una cordial invitación a visitar nuestro blog!!!

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  2. Gracias por tu comentario. Es cierto, el estilo de Onetti es muy original y no tan faulkneriano como se comenta. Pausado, como cuando uno toma un mate con bombilla; por eso nos gusta. Saludos, visitaré el blog de uds.

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