miércoles, 29 de septiembre de 2010


"Caminos a Koktebel", película rusa dirigida por Boris Klebnikok y Aleksei Popogrebsky, es otra de las joyas del cine que vimos aquí en Quilmes; de vez en cuando, se acuerdan de traer buenas películas en nuestro barrio.
La trama es sencilla, con un desarrollo lineal pero muy bien contada. Ese cine que hacen los rusos tan caro a los sentimientos, pero sin caer en el melodrama banal; sobre todo, sostenido por las buenas actuaciones del elenco. Como en "El regreso",también film de origen ruso, se plantea la relación padre-hijo, pero en "Caminos a Koktebel" interfiere un nuevo amor del padre, tras la muerte de su esposa. Esta historia minimalista contada de una manera densa, atrapa desde el comienzo, a pesar de la morosidad de la cámara, en la toma de los planos. Aparte, se escucha como música de fondo el piano de Chick Corea, que también suena de una manera simple, casi acórdica, creando un ambiente intimista.
Malen de parabién, otra película que pudo ver y oír en su idioma, ésta mi chica de la Bielorrusia.
30-08-2005 * J. C. Conde Sauné

sábado, 25 de septiembre de 2010

Tenía a mano "Di adiós al mañana" de Horace Mc. Coy, que marqué como excelente novela policial y que dejé aparte, porque siempre tuve intención de leerla de nuevo.
A propósito de lo que mencionara anteriormente, leo en el prólogo o presentación del libro, escrito por Juan Martini: "El mundo de la novela policíaca no es otro mundo, sino el mismo, el único, el mundo que conocemos y en el cual vivimos (...) 'Di adiós al mañana' es una obra maestra. Mc Coy desarrolla en esta novela su interpretación integral de un sistema social -de un sistema de relaciones sociales- basado en la violencia".
Comparto con Martini lo de obra maestra, creo que una de las mejores novelas policiales que leí.
Este libro fue editado por Bruguera en España, en el año 1977; con una traducción sobresaliente de Ana Goldar.
J. C. Conde Sauné

sábado, 18 de septiembre de 2010

Poema Nº 22 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

COSTANERA

solís y cuatro siglos y pico
la tallaron relumbrosa
abierta en sangre aireada.

monárquicos paredones
pescadores anquilosados
parejas fusionando alientos
le dan olas
pernoctadas
en chasquidos.

J. C. Conde Sauné

viernes, 10 de septiembre de 2010


Virginia Woolf (1882-1941); acabo de leer un libro de ella. La literatura inglesa, no es frecuente en mis lecturas; siempre leí más a los autores franceses, rusos y latinoamericanos, incluso los americanos del norte. Debería tomar unas clases, con Harold Bloom.
¿La "nouvelle" "Flush", es una obra menor? Para saberlo, tendría que haber leído algo más de Woolf y no lo recuerdo.
Pero esta ficción, que narra la vida de un perro cocker, que da el nombre al libro, es apasionante. En realidad el perro, es un pretexto para hablar de su dueña, la poeta Elizabeth Barret y Robert Browning, su esposo. Ella había tenido un accidente, mientras cabalgaba y una amiga le regaló a Flush y entre ellos se creó una dependencia, que iba a truncar Robert Browning y después el hijo de ambos. Ahí Flush, aprendería a vivir sus aventuras en Florencia, donde habían ido sus dueños, luego de casarse en secreto. Al padre de Elizabeth, no le gustaba mucho que sus hijas se casaran y había sobreprotegido a aquélla, después del accidente. En Florencia, Elizabeth se libera de la tiranía de su padre y Flush que le temía, se encuentra de parabién.
Toda la novela es muy buena, pero de los seis capítulos, me pareció excepcional el 4º "White Chaper", en la que describe a la clase marginal de Inglaterra, dándole pensamientos al perro, en la época victoriana. También el capítulo 6º "Final", es antológico, contando la muerte de la mascota.
La obra que tengo, fue editada en España en 1941 por Ediciones Destino; con una muy buena traducción y prólogo de Rafael Vázquez-Zamora.
J. C. Conde Sauné

lunes, 6 de septiembre de 2010

Poema Nº 21 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

ISLA NEBLINOSA

Oprimido en la penumbra
acuosa del invierno,
el frío del Tigre
cuaja la sangre.
El río permanece entumecido,
calmo en su rumor de noche.
El grosor de la niebla,
se extiende a los pastos.

La luna
se pierde
en el grito
inapreciable.

J. C. Conde Sauné

jueves, 2 de septiembre de 2010

William Irish (1903-1968), que también publicaba con el nombre de Cornell Woolrich, escribió esta novela muy buena que acabo de leer, "Serenata del estrangulador"; publicada por EMECÉ (en su colección de "El Séptimo Círculo"). Adonde encuentro un libro de esta colección, no leído, lo compro; raramente quedo defraudado, el gusto literario de Bioy Casares y Borges era infalible.
El detective Prescott, debe dilucidar una serie de crímenes, que ocurren en un lugar alejado de Nueva York; allí ha ido a descansar, después de haber sido herido en un procedimiento y luego de curarse en un hospital. Así sin querer, se involucra, dado que no es su jurisdicción; pero le sale el oficio de adentro y ayuda al sheriff a revolver los casos de homicidio. Además, hay una joven pintora que lo atrae, Susan Marlow; motivo suficiente, para él, de permanecer en el lugar.
El estilo de William Irish, como todo buen novelista, mantiene la tensión del relato; aún cuando uno intuya, hacia donde va la trama. La codicia, la ambición desmedida e incriminar, en lo posible, a un inocente y si es un disminuido mental, que no se puede defender, mucho mejor para una sociedad hipócrita. Todo eso, refleja esta novela del policial negro, que ya había preanunciado Arthur Conan Doyle en "El signo de los cuatro", antes que otros autores norteamericanos.
A Irish, lo recordamos cuando Alfred Hitchcock adaptó una novela suya, para filmar en 1954 "La ventana indiscreta", aquella memorable película que vi, por lo menos, tres veces.
J. C. Conde Sauné