No pienso en los días y en las noches; del tiempo que pasó.

Todo está tan cerca y lejos a la vez.

Todo es efímero, la luz, la sombra y la quimérica esperanza de un mundo mejor; en donde el odio y la venganza es algo muy común.

Arribamos así, a la desazón de crepúsculos cargados de nubes y truenos, con una lluvia que promete limpiar la tierra; que fenece casi toda contaminada por la impudicia del poder y el dinero.

J. C, Conde Sauné