miércoles, 27 de junio de 2012

BILLY, TIERNO BEBOPPER


Ellington perdona que "Satin doll"
sea más suave que lo imaginado, Billy
puede suavizar lo más áspero y ríspido.
No se sabe si los dedos llegan a las teclas
o las maneja a control remoto.

Billy es un tierno bebop para el gusto
de Thelonious o Bud Powell, su maestro.
Se las arregla y Ellington puede sonar
igual que Irving Berlin en "Cheek to cheek"
o a Gershwin y "But not for me" sea algo
percusivo, aunque tenue a la vez.

Salta con su son y sueña
canta muy quedo muy tenso
muy melódico teclas y teclas
bajan los dedos negros y el
piano es orquesta es presagio
es olvido y recuerdo y tristeza
porque Billy Taylor lo toca.

J. C. Conde Sauné 

viernes, 22 de junio de 2012

Siempre leo en "Ñ", la columna que Jorge Carnevale le dedica al cine. Y me enteré, hace un tiempo, por una nota publicada allí, de la muerte de su mujer Angélica Manero. Ella era una querida amiga de tertulias literarias, allá por los años 60 y fueron con Jorge, mis compañeros de estudios en el Instituto de Lenguas y Cultura. Tenía el teléfono de él, anotado en una vieja agenda; me lo había dado una vez que estuvo en Quilmes, presentando una película en el Círculo Médico. Pero hacía tiempo que no nos hablábamos, por falta de oportunidad. Se toma distancia, involuntariamente, cuando uno pierde el contacto cotidiano. En una circunstancia, como la referida, es aún más difícil hablar con alguien. Ya que las palabras están de más. Pero lo hice y a él le causó una sorpresa afectiva. Hablamos largamente de los buenos y viejos tiempos, cuando uno tomaba impulso para crear algo trascendente. A mí siempre me gustaron algunos de los poemas que escribía Angélica y no sé, me olvidé de preguntarle a él, si lo siguió haciendo. Y seguimos, obviamente, con el cine. Me preguntó si había visto "Millennium" ( que consta de tres capítulos) y "El escritor oculto" de Roman Polanski. Le dije que no las había visto, me las recomendó para que las viera. Cuando alquilamos "Mis tardes con Margueritte", me acordé de la recomendación y nos trajimos "El escritor oculto",  quedamos atrapados de entrada, Polanski es un maestro en el arte de filmar; tengo por ahí un borrador para hacer el comentario en mi blog. El cine, la literatura y la música son mis debilidades. Hablando de música, tengo un recorte de "Ñ": "Chopin, el polaco errante", nota de Gustavo Fernández Walker, en mi cuaderno de apuntes. El otro día lo miré y no me acordaba porqué lo había guardado. Tal vez quería hacer un comentario en mi Breviario. Cuando lo doy vuelta, en el reverso, hay un artículo de Carnevale: "Sobre el pasado y la actualidad de Polanski" -Una vida de película. Entre las películas que nombra está "El escritor fantasma" (título original "The ghost writer"), que ganó el premio al mejor director en Berlín. Había leído el artículo, pero no recordaba la película; otra vez me falló mi CPU. A veces, estas casualidades me sorprenden. Encuentro esta hoja de la revista, mirando mi barullo de papeles, después de hablar con Jorge y encuentro estas notas, muy buenas, de estos dos grandes polacos. Y en una de ellas la película que me acaba de recomendar. 
J. C. Conde Sauné  

lunes, 18 de junio de 2012

GARDEL SIGUE COPANDO LA PARADA


El Charles llega a la parada, cuando
todas las cartas están sobre la mesa.
Saca la viola y con voz de ñorse
se manda "Mano a mano" o "Recuerdo malevo",
y sigue deslizando a través del tiempo
su canto que no sabe de mancadas.
Está siempre ahí, con su sonrisa y su funyi;
ya nadie se acuerda, o pocos, que era amigo
de Barceló cantando en los mitines conservas.
Está con el reaje porque éste se sabe
sus tangos de memoria y envidia su pinta
de cheronca y ganador con las minas.
Tampoco nos importa que sea "made in france"
y que pronuncie la ene a lo franchute.
El Morocho vive en cada esquina
de los suburbios envejecidos,
en los yotivencos descacarados
del Dock, de la Boca o en el Abasto
aunque ya no sea el mismo
y los cacas sean mayoría.
Venciendo a la forrería
de alaridos estridentes
que quiere hacer la pata ancha,
el choromo les dice
que hay gola para rato.

J. C. Conde Sauné

martes, 12 de junio de 2012

"La condena", una visita impensada a releer estos cuentos de Franz Kafka. Una edición de EMECÉ, año 1967. Él se adelantó a los tiempos, de este absurdo contemporáneo. Cortázar, en una de sus cartas a Sara y Paul Blackburn (17-05-95), dice que "respeta a Kafka pero no le tiene afecto, lo siente casi inhumano de a ratos". Precisamente es la visión de Kafka, sagaz y objetiva del mundo moderno. En "La condena", primer relato del libro, el tema es el filicidio; y uno rememora todos los chicos inmolados por los padres en la actualidad, donde a veces en una separación de pareja se usan como botín de guerra. "Ante la ley" (cuento en mi antología personal). ¿Qué se puede esperar detrás de esa puerta, en la que un simple campesino aspira a entrar? Insiste, pero le es denegada la entrada y muere, frente a ella, sin poder hacerlo; aunque estaba hecha para él. Me suena en los oídos, casi todos los días que veo el noticiero: "¡Quiero justicia, quiero justicia!". En "Informe para una academia", un mono explica cómo logró convertirse en hombre y dice por ahí: "¡Era tan fácil imitar a la gente! Escupir pude ya en los primeros días...". Y la imperdible "Josefina la cantora o el pueblo de los ratones". Esa ratona con pretensión de cantante, cuyo talento consiste en un chillido más fuerte que el de los demás. Ellos saben que canta para el carnero y sin embargo la aplauden, la alaban y siguen sus actuaciones. Vean como la describe Kafka: "Sólo siente desprecio hacia los que son de opinión contraria, y probablemente odio inconfesado".  Y sigue más adelante: "Pero hay algo en las relaciones entre el pueblo y Josefina que es más difícil de explicar todavía. Y es ésta: Josefina no sólo cree que el pueblo la protege, cree que es ella quien protege al pueblo. Piensa que su canto nos salva de las crisis políticas o económicas, nada menos, y cuando no aleja la desgracia, por lo menos nos inspira fuerza para soportarlas".
Kafka, sí un visionario genial que no se puede hacer cargo de cierta gente falta de humanidad y ansiosa de poder. Me hizo bien la relectura de este libro maravilloso que tiene 39 relatos, uno en colaboración con Max Brod, "El primer viaje en tren"; que iba a ser una novela, pero que nunca se conocieron otros fragmentos.
J. C. Conde Sauné

viernes, 8 de junio de 2012

A los dieciocho años de edad, después de haber leído bastante ficción y poesía, se me ocurrió hacerlo con algunos filósofos. Antes, ya conocía a Pascal ("Pensamientos"), Aristóteles ("Poética") y Heráclito ("Fragmentos"). Entonces compré un  "Diccionario de Filosofía" y empecé a leer otros pensadores. De manera anárquica y autodidáctica y sin ningún orden. Pasaron por mis manos: T. Adorno, A. Camus, F. Engels, Hegel, Kierkegaard, Kant, Montaigne, Nietzche, Platón, Sartre, Schopenhauer y Santo Tomás, entre los que recuerdo. Una vez que llamé al médico, por un estado gripal, se asombró de ver todos esos libros en una biblioteca arriba del diván en que yo dormía. El médico, después de  atenderme, miró asombrado los libros y al ver los de filosofía, me preguntó si yo leía todo eso. Creo que le respondí, que intentaba. Sonrió, me palmeó el hombro y antes de salir, de la habitación, me dijo "cuidate".
Escuché decir, que la filosofía plantea muchas dudas y pocas certezas. A mí me habían impactado: Aristóteles por su "Poética"; creo que poco se puede agregar a su visión sobre la filosofía del arte. Heráclito, por su interpretación más amplia del universo que los socráticos. Engels, en "L. Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana", vio con certeza como iba a desarrollarse la sociedad pos-feudal. Shopenhauer, por su claridad conceptual, enseñó de que manera hay que explayarse en temas filosóficos y Santo Tomás, por atreverse a emplear la razón aristotélica en el dogma religioso, que sólo es creencia.
Con todo lo leído, me hice agnóstico y bastante desconfiado de la autoridad social y su uso del poder; sobre todo cuando se usa la sinrazón.
Todo esto viene a cuento, porque después de mucho tiempo, adquirí un libro de filosofía: "Elogio de la ancianidad" (Epístolas morales a Lucilio) de Séneca. Es un texto que conviene tener a mano, sobre todo porque alaba el estoicismo; creo que por estas pampas, lo venimos practicando hace tiempo. Su pensamiento está muy a la sombra de Epicuro. Cada tanto, le roba una cita o un pensamiento y lo aclara. Rescato algunos de sus pensamientos: "Toda porción de nuestra vida que queda tras nosotros, pertenece al dominio de la muerte" (Valor del tiempo -Carta I); "Cuántos poetas no han dicho cosas que deberían haber dicho los filósofos" (Del retiro del sabio - Carta VIII) ; "Hay tres cosas que un viejo mandamiento nos ordena evitar: el odio, la envidia y el menosprecio" (De la solicitud que merece el cuerpo" - Carta XIV) ; "¿Qué importa que seas más joven? Los años no cuentan. Es incierto el lugar en que te aguarda la muerte; tú, sin embargo, espérala en todo lugar" (Elogio de la ancianidad - Carta XXVI).
Aquí los dejo, en cualquier momento sigo con la filosofía, aunque según Séneca, muchas cosas las dijo antes el poeta; Goethe, un ejemplo: "Gris es toda teoría y verde, el árbol de oro de la vida"
J. C. Conde Sauné   

martes, 5 de junio de 2012

"La tête en friche" (La cabeza sin cultivar), el filme del año 2010, dirigido por Jean Becker y que aquí conocimos como "Mis tardes con Margueritte", fue lo último que disfrutamos en la platea hogareña; ese título adoptado, no desentona con el contenido de la historia.
La relación entre Germain, un hombre inculto, menospreciado por la madre y concebido en una aventura juvenil, y una anciana llamada Margueritte son el eje de la trama. Margueritte (en una interpretación descollante de Gisèle Casadesus), conoce en una plaza, adonde iba a menudo, a Germain; ayudará a éste a ser mejor persona por medio de la lectura, a la que ella es afecta. Al principio a Germain, falto de lectura, le cuesta interpretar los textos; pero se va adaptando de a poco, ayudado por un diccionario que le da Margueritte. La madre de Germain (actuada por Claude Maurier en forma aceptable), nunca se ocupó con afecto de su hijo y éste encontrará en Margueritte, un tanto de madre como de abuela. Ayudándolo, también, a estabilizar la relación con su pareja.
Como el DVD no tenía ficha técnica, busqué en internet los datos. De los actores, por supuesto, conocía a Gérard Depardieu que interpreta muy bien a su Germain. Y me encontré con algunas críticas curiosas, donde se objeta la reiteración de textos leídos, sobre todo al final de la película. El crítico no comprendió, me parece, que eso es casi la subtrama de la misma. Aparte, el final me pareció inobjetable, aunque pueda sonar acomodaticio.Pero hay que pensar, que todavía hoy, existe gente sobre la tierra como Margueritte y gente como Germain, que quiera aprender. Pasamos una tarde agradable de cine. Muy adecuada para sentirnos más buenos y tomarnos unos mates mientras la veíamos.
J. C. Conde Sauné

viernes, 1 de junio de 2012

Poema Nº 62 ( Cuaderno I ) * Variaciones

POR SI ACASO

Si nombrar fuera:
atestiguar,
nutrirse de lo sublime;
volvería de aquí
a un tan siquiera.
Sobrándome paño poético,
para llenar
de sublimidad el mundo.

J. C. Conde Sauné