lunes, 28 de abril de 2014


Hace un tiempo dije que, últimamente, me ocupaba de relecturas; es una manera de revalorar o tener otra visión de lo que he leído en otra oportunidad. Le tocó esta vez (y otra vez) a Julio Cortázar, justo en un momento en que la literatura argentina un poco venida a menos, en lo que atañe a los nuevos narradores, está más preocupada en denostar o debatir, antes que crear algo valedero. También escucho por ahí, que Cortázar vale por sus primeras obras. Este libro de cuentos que acabo de leer nuevamente, "Alguien anda por ahí", es de sus últimas creaciones y mantiene intacta su capacidad narrativa; envidiable para todos los que amamos el cuento. Siempre dije que si uno quiere aprender a escribir cuentos, tenía que leer a Maupassant, Chejov y Poe; pienso que a Cortázar hay que leerlo, también, como a uno de los cuentistas fundamentales, tanto como Somerset Maugham, Dino Buzzati, Horacio Quiroga, Alphonse Daudet o Rudyard Kipling, entre otros esenciales.
Lo que más me fascina en Cortázar, es la manera de abordar un cuento, donde todo parece comenzar como al azar; ejemplo el notable "Reunión con un círculo rojo", en donde el narrador cree adivinar lo que le va ocurriendo al protagonista y lo mantiene, así como al desgaire en suspenso, pero sin  que el desenlace sea ese final efectista de ciertos cuentos. De este libro asimismo me gustaron mucho: "Cambio de luces", "En nombre de Boby", "Apocalipsis de Solentiname" y "Las caras de la medalla", que marqué "(x) E" de excelentes (mis marcas secretas como "(x)" de muy bueno o "x" de bueno); el resto salvo, "La barca o la nueva visita a Venecia", me parecen muy buenos. Todo lo que dije, es para corroborar que Cortázar no es sólo "Casa tomada", "Bestiario" o "Las armas secretas".Al contrario , en este último Cortázar hay algo de más diáfano y decantado en su estilo al paso del tiempo.
2-12-2004   *   J. C. Conde Sauné    

miércoles, 23 de abril de 2014

Sarah Vaughan fue una de las grandes cantantes que dio el jazz. Algunos críticos la consideran la más completa, con fraseos y entonaciones donde su voz es un instrumento más, dentro de los conjuntos o las orquestas en cuáles cantó. Pasó del swing al bop sin ningún problema. Ahora voy a comentar una de sus mejores grabaciones: "Sarah Vaughan with Clifford Brown". Este CD fue editado por "PolyGram Records" y grabado en Nueva York en diciembre de 1954. Ella está acompañada por un sexteto integrado por: Clifford Brown (trompeta), Paul Quinichette (saxo tenor), Herbie Mann (flauta), Jimmy Jones (piano), Joe Benjamin (contrabajo) y Roy Haynes (batería). Los arreglos, acordes e impecables, son de Ernie Wilkins. Un gran arreglador que tuvo el jazz, hizo arreglos para Count Basie, Dizzy Gillespie y Harry James, entre otros.
Los temas: * 1- "Lullaby of Birdland" 3:59- (Shearin-Foster). Jimmy Jones en el piano sugiere la melodía dándole espacio para que Vaughan haga lo suyo. Roy Haynes, con unos redobles, anuncia el dueto de la cantante con la trompeta asordinada de Clifford. ¡Qué voz! * 2- "September Song" - 5:44 (Weill-Anderson). Quinichette, con su saxo, comienza el tema; Sarah aparece modulando muy suave. La trompeta con sordina y la flauta de de Herbie Mann hacen lo suyo a la perfección; como el resto. * 3- "I'm Glad There Is You - 5:09 (Madeira-Dorsey). Sigue la voz cálida y afinada de Sarah fraseando, como ella sólo sabe, esa hermosa melodía. * 4- "You're Not The Kind" - 4:41 (Hudson-Mills). Clifford deja la sordina, en ritmo ascendente y Vaughan entra en su juego. Muy bueno el solo de Quinichette y el de Mann. Vuelve la trompeta, hacia el final, con todo. ¡Very Good! * 5- "Jim" - 5:50 (Rose-Petrillo-Shawn). Escuchando a Sarah cantar esta bella canción siento una rara melancolía; antes ya me pasó con Billie Holiday. Acompaña Jimmy Jones como se debe y Clifford con otro solo brillante. * 6- "He's My Guy" - 4:12 (Raye-DePaul). ¡Ritmo! Otra vez el ritmo, para lucimiento de la cantante y sus acompañantes. * 7- "April In Paris" - 6:19 (Harburg-Duke). Sarah y el piano de Jones se aunan en una gran conjunción y éste, luego, sigue solo por su cuenta, hasta que aparecen los demás y hacen lo suyo. * 8- "It's Crazy" - 4:55 (Field-Rodgers) . Sí, un ritmo loco este que imponen Sarah y su séquito. * 9- "Embraceable You" (G. & I. Gershwin). Los hermanos Gershwin compusieron esta memorable canción. El nombre ya lo dice todo. Y tiene que estar con Sarah el piano de Jones, no cabe duda, en un tono atrás de la cantante que se luce con todo; pero que gran pianista era Jimmy Jones. * 10 - Un "alternate take" de "Lullaby of Birdland". Dura un minuto menos que la anterior, pero es igualmente relevante. Son diez interpretaciones para calificarlas con un "diez"
J. C. Conde Sauné   

jueves, 17 de abril de 2014

Mercedes Simone (1904-1990) "La dama del tango", como la llamaban, fue la cantante más notable que tuvo el tango, con un registro de mezzo soprano bien afinado y con hondo sentimiento; sin caer en los lloriqueos que abundan en esa música, legó su impronta inigualable como Gardel. No dejó unas grabaciones abundantes, se supo que en los últimos veinte años de su vida, quedó sin voz por una operación  de garganta; además fue muy poco difundida. Y más conocida en México, Brasil, Colombia y Cuba.
Este artículo viene a cuento, porque hace algún tiempo que quiero escribir sobre ella; pero cuesta conseguir sus registros. Tuve varios 78 rpm. suyos, pero algunos se rompieron y otros se arruinaron de tantas pasadas; un casete que también se dañó. Una vez conseguí un CD y lo tuve que devolver porque estaba estropeado. No tenían otro para cambiarlo, me conformé con uno de Billie Holiday. Por suerte ahora en Internet pude escuchar nuevamente a Mercedes (la negra Simone, como le decían cariñosamente). Y me sentí a mis anchas escuchando: "Caricias", "Claudinette", "Será una noche" "Patio mío", "Volver", "Dímelo al oído", "Parece mentira", "Yira Yira", "Negra María", "Verdemar", "Abandono"  (un tema de Homero Manzi y Pedro Maffia muy poco conocido, Simone hace algo maravilloso con esta composición) y tres temas que le pertenecen, "Cantando", "Incertidumbre", "Cuando silba el viento" entre lo tanto que hay. Pero la sorpresa fue al escuchar "Triste domingo" por ella, de entrada me resultó familiar y averiguando, claro, es el "Gloomy Sundey" que yo apreciaba en Billie Holiday. Pero que Mercedes Simone cantó y grabó cuatro años antes que aquélla, el 22-03-1937. Esta canción (un vals húngaro) fue compuesta por Rezso Seress (la música) y Lazslo Javor (la letra), que Francisco Gorrindo adaptó para Simone y S. Lewis para Holiday. Este tema estuvo censurado porque decían que incitaba al suicidio; la interpretación de Mercedes y Billie es conmovedora, pero no coadyuva a semejante decisión. Lo que sí, otra vez, me asombra esta casualidad. Primero al comprar el CD de Billie Holiday, por no lograr uno de Mercedes Simone y así aunar mis afectos, hacia estas dos cantantes queridas a través del "Gloomy Sundey" ("Triste domingo").
J. C. Conde Sauné  

viernes, 11 de abril de 2014

Otro apunte que encontré en uno de mis cuadernos: "Quiero para mis lectores, lo que yo sentí la primera vez que agarré un libro de Bellow o de Nabokov cuando pensé, éste me habla a mí". Martin Amis, largó esta perlita.
Es casi seguro, que uno escriba para despertar los mismos sentimientos que se experimenta cuando leemos a Chejov, Poe, Dostoievsky, Proust o Kafka por ejemplo; y todo para ganarle a Martin Amis por cinco escritores a dos.
J. C. Conde Sauné  

martes, 8 de abril de 2014

"La historia de mi hijo" es una novela, de la escritora sudafricana Nadine Gordimer, que bien podía ser catalogada como un triángulo amoroso. Y casi toda la narración, en medio de la lucha contra el apartheid, transcurre con Sonny, Hannah su amante y Aila, esposa de aquél consintiendo tácitamente el "ménage à trois". Sonny es un profesor negro de escuela que, al participar en una revuelta estudiantil, se convierte inesperadamente en un dirigente de la militancia por la igualdad cívica. Lo ayudan su capacidad y elocuencia. Hannah, una representante de los derechos civiles, lo conoce en esas circunstancias; Will, el hijo de Sonny, la llama despectivamente "su rubia". En el medio están los hijos de Sonny y Aila: Will (William al que los padres le pusieron ese nombre porque admiraban a Shakespeare) y Baby. Will no quería saber nada con la política, sólo pensaba en estudiar y tratar de superarse; en cambio Baby, de vida desordenada al principio, entra en la lucha por un lugar en la sociedad de los blancos. Entre estos conflictos interétnicos sigue la pasión de Sonny y Hannah, dejando un lugar aquél para atender a su mujer; que luego se va perdiendo. Aila, más tarde, tomará otro rol protagónico que sorprenderá a todos.
Esta novela, la primera de Gordimer que leo, está escrita por Will en la ficción y él sostiene que es su aporte a una causa justa. Leí esta historia con entusiasmo, dejando de lado cierto desaliño narrativo. No pude detectar si la narradora lo hace de ex profeso, adjudicándole a Will esa desprolijidad, es su primera novela, o algo tiene que ver la traducción. Para eso habría que leer el original; igual es digna su lectura y fue editada por "Norma" (Colombia). Me gustaría encontrarme con otro libro de Nadine Gordimer; Premio Nobel en 1991.
J. C. Conde Sauné 

viernes, 4 de abril de 2014

Poema N° 36 ( Cuaderno IV ) * Los recuerdos

Una tarde
soy feliz de acordarme,
de ver a un micro,
repleto de chicos,
subiendo alegre
por la cuesta aledaña
de la Plaza de Mayo...
De gente sentada en sus bancos
disfrutando, quizás, el último
sol de otoño; y a otros apresurados
por retornar a sus casas...
En este viernes
navego por la vida,
con la plenitud
de creerme el único mortal
que se acordó de todo.


J. C. Conde Sauné