lunes, 29 de noviembre de 2010

DESFILAN LAS FIGURAS ( relato ) *

Ese día había sido nefasto para Juanki. A la mañana, habiéndose levantado temprano, se fue al balneario "Las Barrancas" para ver como arreglaban el escenario; esa noche actuaba la orquesta de Pedro Laurenz. Juanki, como casi todos los chicos, aunque él más que ninguno, era tanguero. Además supo conseguirse un trabajito para pasar discos en la confitería bailable de aquel balneario, disc-jockey que ahora le dicen. Él no sabía como era la mano, le preguntó a don Ramón, uno de los dueños, y este le dijo: "tú pasas dos tanjos y dos foxtrós y asunto terminao". Anduvo bien en ese trabajo; aunque sólo para la temporada de verano, le daba cierta independencia económica para las salidas al cine, pizzas y esas cosas.
Después de algunos regateos con el dueño, cuando llevaba dos meses en el puesto, consiguió aumento y un sandwich de jamón y vascolet o gaseosa, según su gusto. Pero tuvo que amenazar con dejar el mismo y por consiguiente sin disc-jockey a la confitería. Don Ramón aceptó y Juanki se sintió reconfortado, ese trabajo le gustaba mucho. Podía escuchar infinidad de veces sus orquestas preferidas: Alfredo Gobbi, Pugliese, Troilo y Maderna alternando con Ellington, Artie Shaw y Benny Goodman. Además alguna vez venía algún cantor de tangos; entonces paraba la bandeja, apretaba unos botones y conectando un micrófono se lo daba a la figura de la noche que podía ser algún cantante como quizás Roberto Chanel o Jorge Vidal y todo el mundo contento y los dueños más que ninguno, porque el bar y la confitería trabajaban con todo.
Pero fue aquel maldito día, el de la mala pata. Estaba mirando con impaciencia el escenario, pensando en la función de la noche y gozando por anticipado. A pesar que a Laurenz sólo lo conocía de nombre, por ser una figura anterior a las de entonces de moda; pero él no le daba mucha importancia a las modas. Un electricista colocaba cables y probaba los parlantes. Juanki, cuando ellos se fueron, subió al escenario y anduvo corriendo de un lado para otro y jugando:ya sea, tomando el micrófono desconectado y haciendo que cantaba o sentado en el taburete fingiendo tocar el piano.
Una vez cansado de esos juegos, tomó envión y saltó de la tarima hacia el piso. Todo fue repentino, sintió una mole que lo empujaba y los dientes mordiéndole el brazo derecho cerca del hombro. Se largó a llorar, temblando de susto y de dolor. Entonces don Pardo, el otro dueño, que acudió a ver el acontecimiento, lo levantó y lo llevó hacia el mostrador, lo sentó en el mismo y le puso un poco de whisky en la herida y le dio a sorber otro poco. La causante de todo era Tere, la gran perra danesa, y se había metido, otra vez, debajo del escenario con sus cachorros. Juanki seguía temblando y gimoteando lastimosamente. Don Pardo fue a buscar la camioneta, la puso en marcha para que se calentara el motor y subió a Juanki,después de avisarle al padre lo sucedido, con la perra, que ahora lo miraba avergonzada, en la parte de atrás y todos: perra, dueño y mordido se fueron al Instituto Pasteur. Durante el trayecto, Tere le había lamido, a Juanki, varias veces la mano en señal de amistad y él le creía, ya que el dueño cuando le preguntó que le había hecho y le contestó que sólo había saltado del escenario, comprendió que el animal, con cría, se había asustado e hizo una salida agresiva y contundente en defensa de sus cachorros.
A Juanki le dolía el brazo una barbaridad. La mordida era grande, pero más lo afligía que esa noche no lo dejaran ir a ver la orquesta. En el Pasteur, le curaron la herida y revisaron a la perra y le dijeron al dueño que la tenía que llevar cada tres días para observarla, aunque aparentemente estaba sana. Tere, con las orejas caídas , subió a la camioneta y se recostó en un rincón al lado de la cabina, mirando a don Pardo por el rectángulo de vidrio. Éste iba adelante solo, porque a la camioneta le faltaba una butaca.Cuando llegaron de vuelta, Juanki se fue a la casa y se quedó casi toda la tarde acostado,se levantó al anochecer y salió a la calle. Miraba desde la casa el cartel del balneario, reluciente con las luces prendidas, encima del techo. Pero todavía faltaba para la función. En su casa le preguntaron como se sentía y él dijo que bien, pero el brazo le dolía y después de cenar algo se fue a pasar discos, como siempre, hasta la llegada de la orquesta. Cuando entró, el salón estaba repleto, mejor dicho los dos salones: la confitería, en donde la consumición era más cara, y la pista común; la cabina de los discos estaba justo en el medio de ambas y el escenario, en la misma posición, enfrente.
Hacía una hora que estaba trabajando y empezó a sentir chuchos de frío, se tomó un té caliente con aspirina que le dieron en el bar y lo reanimó un poco, pero estaba como embotado. Casi ni se dio cuenta como había transcurrido el tiempo y ya uno de los muchachos que manejaba el equipo de amplificadores, le dijo que apagara el tocadiscos, y entonces miró hacia el costado en donde estaba el escenario, los músicos se habían subido al mismo sin que él lo notara afinaban los instrumentos y Laurenz deslizaba un paño negro sobre sus rodillas, tomó el bandoneón con una mano y se lo colocó encima de las mismas. ¿Y Tere que pensaría de todo eso?. ¿Saldría y mordería a todo el mundo, cuando la orquesta empezara a tocar? "Berretín", era el primer tango que habían anunciado, Juanki era la primera vez que lo oía, ahora como entre sueños porque notaba que los sentidos se le iban y las piernas se le aflojaban y no supo ni quien, ni cuando y cómo lo llevaron a su casa,que sabía que era su casa porque escuchaba a lo lejos los rezongos del viejo por haber salido y no hacer nunca caso a las recomendaciones paternas. Pero no podía oír a nadie más, ahora su cabeza era un desfile de compases de tango y una vez le parecía escuchar la voz de Marino y unas estrofas de "Rosicler" o la de Chanel en "Rondando tu esquina" y a veces era una o dos o tres voces juntas porque también Floreal Ruiz andaba mezclado con las otras dos voces porque era él que aparecía cantando "La noche que te fuiste" y él quería oír una sola voz por vez y cómo era que esa noche las voces y los sonidos se le iban confundiendo en la cabeza en semejante matete no pudiendo discernir por momentos que tango escuchaba y entre esas voces una que podía ser la de un médico que decía no, no es nada, sólo el susto y la herida, es muy chico, mañana va a estar bien y todo entrelazado con compases y esas voces y esos ritmos y los colmillos de Tere que todavía sentía adentro del brazo.
La noche tendría afuera su gran fiesta, pero Juanki no participaba y Tere tampoco, la habían llevado con perritos y todo al depósito de las sillas y mesas del recreo, que regenteaba su padre,y si bien amagó con traerlos, obstinadamente, de nuevo, debajo del escenario, después se resignó como Juanki que ahora se acunaba con los compases de "Lluvia de estrellas" y extrañado porque él había ido a ver a Laurenz y no comprendía como pudo aparecer Maderna, cuya hermosa magia iba acompasando esa madrugada que había vencido aquel mal día, por suerte.
J. C. Conde Sauné * Integra parte del tomo inédito "Dos veces el mismo río"

viernes, 26 de noviembre de 2010

Poema Nº 28 ( Cuaderno I ) * Los oficios cotidianos

NOCHE CON LLUVIA

Hay algo,
algo que llueve
en la noche de tranco intermitente.

Candor de lejanía:
gotear terco de canaleta.

El caer del agua no llega
si vivís, bastante apurado,
haciendo del amor una costumbre;
si embolsás amargura pagando créditos
o reventándote las venas en un sueño.

Por vos estoy junto a la mesa,
querida tolerante,
mirando el papel que ríe lluvia;
y escribo y divago y junto tedio,
a la luz de la lámpara mojada.

J. C. Conde Sauné

martes, 23 de noviembre de 2010

Si hace diez o quince años atrás, me hubieran preguntado que libro elegiría para llevar a una isla desierta; la clásica y banal pregunta de rigor, no hubiera sabido que contestar. Hay tantos libros que me gustan.
Hoy después, de haber leído nuevamente el Quijote hace un año y medio, respondería que, seguro, sería ése mi libro preferido. Leí "Don Quijote" en la infancia (en una edición reducida) y después en la adolescencia (completo) y para mí fue un simple libro de aventuras vividas por un loco, así al menos me parecía a mí. Esta última lectura realizada, me dio la pauta de su grandeza y comprendí porqué William Faulkner, andaba con ese libro debajo del brazo y lo releía a menudo.
También leí, hace poco, un artículo de Harold Bloom publicado en la revista "Ñ" de Clarín, en el que tomaba parte del prólogo para una edición inglesa de "Don Quijote". En ese prólogo, Bloom menciona a otros admiradores de Cervantes y su obra: Fieldny, Goethe, Tomas Mann, Flaubert, Stendhal, Melville, Mark Twain y Dostoievsky. Además dice Bloom, que las desventuras de Cervantes, en su vida personal, no fueron tan distintas a las de "Don Quijote" y quizás peores; resultó herido, como se sabe, en la batalla de Lepanto y perdió el uso de la mano izquierda. Estuvo capturado por unos piratas y pasó unos años como esclavo en Argel y conoció luego la cárcel por presuntas malversaciones y fue despojado ,por su editor, de los derechos de autor de la primera parte del Quijote.
También dice Bloom que refleja la decadencia de España entre 1605 y 1615. Agregaría yo, que la Inquisición está latente, en gran parte de su obra, aún cuando Cervantes no se lo propusiera. El cura, representando a la iglesia, que censura y quema los libros que lee don Quijote y critica sus andanzas son más que elocuentes.
Lo que atrae en "Don Quijote" y en esto estoy de acuerdo con Bloom, que poco importa si la historia es creíble y hasta casi insustentable. El narrador, hábilmente, introduce al lector en un mundo mágico, donde lo irreal se hace palpable. Me hace acordar, bastante, a "La metamorfosis" de Kafka y las peripecias de Gregorio Samsa.
¿Es Cervantes, el precursor de la literatura del absurdo? ¿Cuánto le deben Beckett, Adamov y otros tantos? Pero a diferencia de los mencionados, el absurdo en Cervantes va cobrando cada vez más certeza, a medida que entramos en su lectura. Mientras que en aquéllos, lo irreal se magnifica.
Cada tanto, como Faulkner, releo con gusto partes de "Don Quijote". Mientras que, a algunos otros libros no los vuelvo a releer nunca.. Creo que eso hace grande a un creador, la posibilidad de nuevas relecturas.
14-01-2004 * J. C. Conde Sauné

sábado, 20 de noviembre de 2010

Poema Nº 27 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

VILLA GESELL DE NOCHE

fosforescencias salvajes

grandilocuencia serpenteando
masa salitre en la noche
con crujidos de gigantescos celofanes.

playa: luz arenosa:
eterna resonancia.

J. C. Conde Sauné

lunes, 15 de noviembre de 2010

JUST A MINUTE

Cuando dejo la noche,
el piano de Count me acompaña.
Siempre tiene algo de ritmo,
para los que vuelven cansados
de una larga jornada.
Para los que trasponen la vida,
agitando nuevas fantasías.

J. C. Conde Sauné

sábado, 13 de noviembre de 2010


En los años 60, del siglo pasado, Fabril Editora dio a conocer "Los libros del mirasol", unos libros de bolsillo que se hicieron famosos. Recuerdo que tenía en mi biblioteca: "Exilados", una obra de teatro de James Joyce, "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde, "El halcón maltés" de Dashiel Hammett y el que acabo de leer nuevamente, "Gente de Dublín" (Dubliners) otro de Joyce, el único que sobrevivió en mi biblioteca; los restantes, más los que no recuerdo, fueron prestados y no devueltos. El inevitable fin de la posesión, de algunos de mis libros.
Este Joyce de "Dubliners" (1914), anterior a "Ulises" (1922), "Finnegan's wake" (1939) y "Stephen hero" (1944), es de una sencillez chejoviana que subyuga, pero la sencillez es una máscara que introduce al lector, en el mundo hermético de sus personajes; caso del maravilloso cuento "Arcilla", en este se vislumbra en una reunión formal, la endeble vida de su protagonista.
Este volumen, contiene 15 espléndidos relatos, donde ninguno de ellos baja la línea del libro. Si me dan a elegir, aparte de "Arcilla", menciono a "Encuentro", "Eveline", "La casa de pensión", "Una nubecilla", "Contrapartes", "Un caso lamentable" y "Los muertos", digno broche del libro, en donde una simple canción que un tenor canta en una fiesta de amigos, hace recapitular la relación de un matrimonio.
Se deberían editar nuevamente, si no están editadas, estas gemas del escritor irlandés con una muy buena traducción de Oscar Muslera.
J. C. Conde Sauné

martes, 9 de noviembre de 2010

Poema Nº 26 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

CHASCOMÚS

setiembre huele a lago
en este setiembre de aguas.

la lancha de vientre ancho
se balancea en el aire acuático
pertrechada por los chistidos
secos y breves de los remos.

aquí en la llaneza calma
chascomús delira pejerreyes.

J. C. Conde Sauné

viernes, 5 de noviembre de 2010

Algo más para agregar, en este vademécum de frases y pensamientos que suelo atesorar:
"¿Cuánto hace que escribe una historia así, por pura indignación?
¿Cuándo fue la última vez que la policía lo paró en su barrio porque tenía ganas de pasear y tal vez en pensar de noche?
A mí me sucedió bastante veces como para que al fin, irritado, escribiera "El peatón", un cuento sobre una época, dentro de cincuenta años, en que a un hombre lo arrestan y someten a estudios clínicos porque insiste en mirar la realidad no televisada y respirar aire no acondicionado".
RAY BRADBURY, "Zen en el arte de escribir" (La dicha de escribir), nos dejó estas sabias reflexiones que le inspiraron el relato citado.
J. C. Conde Sauné

martes, 2 de noviembre de 2010

REENCUENTRO CON "LADY DAY"

No fue fácil reencontrarse con Billie, después de tanto tiempo, aún teniendo en cuenta lo que me gusta. Es mi icono, en lo que hace a las cantantes de jazz. La descubrí cuando era adolescente en un viejo tema: "Any old time", que cantaba en la orquesta de Artie Shaw. Entonces ella estaba, ahí no más , al alcance de la mano, en algunos discos que tenía hasta ese momento. Pero el oído caprichoso, iba hacia las nuevas adquisiciones en jazz o alardeaba de entendido escuchando a Shostakovich, Dvorák o Satie.
Y mientras tanto Billie esperaba, como esas chicas que uno nunca saca a bailar y cuando ello ocurre, son el amor de la vida. Además están las diferencias de edades, cuando ella cantaba y grababa "Some other spring" yo tenía un año y medio de vida. Por lo tanto también de época. En fin, todas esas cosas.
Pero llegó el día y Billie estaba donde tenía que estar, para fascinarme, nuevamente, con su sonrisa esquiva y sensual y su cara carbonosa, desde la tapa de un disco de colección: "Billie Holiday greatest hits". Sabida es, por los que me conocen, mi manía de revolver LP en las ofertas de discos y más ahora en que el viejo disco de vinilo, tiende a desaparecer desplazado por el CD. Y revolviendo vi a Billie entre un montón de chatarra, esa música de 2 x 5 que tomada en conjunto, no logra hacer una melodía rescatable. Allí estaba ella y me sonreía y me incitaba a gastar, cerca de fin de mes, unos sobrevivientes pesos. Valía la pena jugarse. La tapa no tenía el disco y fue una verdadera proeza para la vendedora, que no tenía noción del tesoro que buscaba para mí, encontrar el disco en ese revoltijo.Con un aire de triunfo y de fastidio a la vez, lo halló y lo puso en mis manos.Corrí a mi departamento y me dispuse a disfrutar de: "I can't get started", "When a woman loves a man", "Gloomy sunday" y otros temas que faltaban en mi discoteca.
"Lady Day" siguió copándome, como dicen los chicos ahora, con el transcurrir de la tarde, que declinaba lentamente, bajo el fraseo subyugante de su voz.
J. C.Conde Sauné