sábado, 30 de octubre de 2010

Poema Nº 25 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

POR LA RUTA NACIONAL Nº 2

debe haber petrificado mis ojos
para observar sin pestañeo
la trasmutación de la madrugada
en el confín suburbano.

se riegan de sol prematuro
las altas estrías de los campos
fundiéndose con la neblina escapista
y el crujir de la naturaleza toda.

J. C. Conde Sauné

martes, 26 de octubre de 2010

La Editorial Aguilar editó en Méjico, año 1980, tres novelas cortas de S. S. Van Dine; un autor que yo no conocía. El verdadero nombre, de este escritor, era Willard Huntington Wright y había nacido en EEUU en 1888 y muerto en 1939.
Aguilar publica, en este libro: "El misterioso asesinato de Benson", "El asesinato del casino" y "El caso Rexon". Son tres muestras, del mejor clásico narrativo policial. S. S. Van Dine, se mimetiza en dos personajes: Philo Vance (amigo del fiscal John Markham) y Van Dine (encargado de negocios de Vance, además de narrador). Los dos, sobre todo Vance, ayudan al fiscal de distrito a resolver los casos de homicidios.
El estilo de Van Dine, no exento de humor e ironía, es denso, bien armado y escarba las miserias de las clases acomodadas. Siempre se cree en EEUU y aquí mismo, que los delitos los cometen sólo la gente pobre y desclasada. Van Dine demuestra, en estas magníficas "nouvelles", que las clases poderosas los hacen con maneras más sutiles y encubiertas, donde entran resentimientos y apetencias personales; amén de regodeo con la impunidad.
De las tres, preferí "El misterioso asesinato de Benson", basada en un hecho auténtico; pero las otras dos no desentonan en el libro, mantienen su lectura atenta.
Otra adquisición acertada, en mi proveedor de canjes; aunque cada vez tengo menos libros para canjear.
J. C. Conde Sauné

jueves, 21 de octubre de 2010

Es bueno, de vez en cuando, tomar un libro de mi biblioteca y releer algún verso de un poeta que me gusta. Salvatore Quasimodo, es hoy mi elegido (otra vez):
NO HE PERDIDO NADA
Todavía estoy aquí, el sol gira
a mis espaldas como un halcón y la tierra
repite mi voz en la tuya.
Y recomienza el tiempo visible
en el ojo que redescubre la luz.
No he perdido nada.
Perder es ir a otro lado
de un diagrama del cielo
por movimientos de sueños, un río
lleno de hojas.
¿Porqué se lee tan poco, la poesía, si hace bien al espíritu y nos hace mejores seres humanos?
J. C. Conde Sauné

martes, 19 de octubre de 2010

El jazz retorna un día
una noche, la distancia
que separa entre un acorde
y el otro. Espera siempre
esa mano que agita una despedida
y prepara un reencuentro.

El jazz está aquí y es Thelonious, Miles,
Jelly Roll, Parker, Lester, Ella, Sachtmo;
y Billie, Duke, Count y Coltrane.

Todos nuestros oídos atentos y
toda nuestra sangre que circula
y vibra con un scat, un stomp
o un riff o un wah-wah.

El jazz retorna siempre
y es nuestra la alegría de sentir
la vida, aunque sea incierta,
el anhelo quede trunco
y los adioses sean vanos.
El jazz retorna siempre.

J. C. Conde Sauné

sábado, 16 de octubre de 2010


Tercer libro de cuentos de Adolfo Bioy Casares que leo: ahora "Historias desaforadas"; años atrás "Una muñeca rusa" y "El lado de la sombra".
En "Historias desaforadas", entre los diez, hay un sólo cuento que no está a la altura de los demás: "El relojero de Fausto".
Cautiva en Bioy el estilo llano, pero a la vez de gran vuelo fantástico; como por ejemplo, el de los cuentos: "Un viaje inesperado", "El cuarto sin ventanas" o "La rata o una llave para la conducta".Busco en mi biblioteca: "Una montaña rusa" y "El lado de la sombra", en el primero veo marcado como excelentes: "Bajo el agua" y "Nuestro viaje (Diario). A este libro no lo vi muy parejo, porque sólo los cuentos mencionados y "Una muñeca..." y "Catón" sobresalen; al resto, de los nueve, los tenía catalogados como muy flojos."El lado de la sombra", equipara en calidad a "Historias desaforadas". El cuento que da título al libro, "La obra", "Cavar un foso" y "Los afanes" son antológicos; el resto los tenía marcados como muy buenos.
No hago crítica literaria con Bioy, aclaro, soy un diletante, si se quiere, que leyó mucho y desarrolló cierto gusto literario. Además los cuentos, aunque estén bien escritos, gustan o no por su afinidad con el lector.
J. C. Conde Sauné

martes, 12 de octubre de 2010


¿Porqué "African Flower"? Me gusta esta composición de Duke Ellington. ¿Y qué mejor para abrir una sección?
Él hizo, en 1962, una grabación en trío con Charles Mingus (bajo) y Max Roach (batería) incluyendo, entre otros de sus temas, a su "African Flower". El contrabajo de Mingus, con el arco sobre las cuerdas, haciendo un zumbido, acompañaba al piano de Duke. ¿Era el de una abeja sobre la flor? Esa hermosa flor africana, regada por las escobillas de Max sobre los timbales.
"Money jungle", "Very special", "Warm valley", "Wig wise", "Caravan" y "Solitude", todos de su creación, estaban allí en ese registro de la "Blue Note".
Ellington junto a Thelonious Monk, fue uno de los compositores más originales del jazz; aparte prolífico, se dice que llegó a componer mas de 2000 piezas.
Miles Davis dijo una vez: "Creo que todos los músicos de jazz deberían reunirse, algún día, para arrodillarse a dar gracias a Duke".
J. C. Conde Sauné

sábado, 9 de octubre de 2010

Poema Nº 24 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

SUBURBIO SUR

Transcribiendo meneos rítmicos,
plagio los ruidos de la noche;
mientras el micro confirma cemento
en el amago suave de las cubiertas.

Última comprobación nocturna,
en los focos merodeando sombras.

Construcciones de latas y cartón
se abalanzan al vacío, poblando
de tugurios el costado vial;
en la medianía suburbana del ojo oculto.

Hoy, por el lente desarraigo,
graduado al sentido de la exclusión;
este, casi, arrabal ficticio,
tiene presencia de tierra envilecida.

J. C. Conde Sauné

miércoles, 6 de octubre de 2010

Cuando se está a punto de dejar un libro, pero se sigue adelante, es evidente que esperamos algo de él. Me acaba de pasar con "Cerrado por melancolía", cuentos de Isidoro Blastein (1933-2004).
El primer relato "Última empresa", abunda en reiteradas descripciones, que hacen abrumador un buen tema: el embaucador argentino que saca buenos dividendos con los incautos. El cuento, por el sentido del humor y los personajes, se llega a rescatar. Lo mismo sucede con "Adriana sabiendo la escalera", donde la emprende con la desdibujada y abusiva figura de un padre. Un tema muy actual, sin llegar a conformar del todo, se deja leer. Otra vez la trama y los personajes salvan al cuento.
Blastein lo arrastra uno, a su juego narrativo. De alguna manera, es un logro del autor. Pasa por la excelencia: "A mí nunca me dejaban hablar" y "Cerrado por melancolía", donde se juntan la frustración, una suerte de revancha, el abandono y la entrega a lo que venga; también algo muy típico de nuestra idiosincrasia.
"Vendrá la muerte y tendrá tus ojos" (tomado el título de un poema de Pavese), me parece el más flojo del libro, hay buenas intenciones pero quedan sólo en eso; lástima el título prometía.
Y quedan: "¿El sol, Sr. Beltrán?", en la línea de lo aceptable y "El total", también prometía mucho por el tema, pero otra vez lo reiterativo y pesado del relato, le juega en contra.
No leí mucho de Isidoro Blastein, sólo algunos escritos sueltos. Noto a vuelo de pájaro, una gran capacidad de observación y de analizar las circunstancias y realidades que afrontan los personajes. Una suerte de literatura forense. Más en "El total", donde la trama se desarrolla en un hospital y aquéllos son diseccionados, hablando en un sentido metafórico.
Para concluir, creo que no es fácil leer a Blastein y pienso que quizás, eso se deba a la opacidad de su estilo; pero si no se abandona el libro, el interés está latente.
J. C. Conde Sauné

sábado, 2 de octubre de 2010

Poema Nº 23 ( Cuaderno I ) * Acuarelas

PUERTO DE BUENOS AIRES

El río es un pulpo,
atrae barcos,
abraza muelles
y mantiene la draga
que hurga sus tentáculos.

Los barcos:meros objetos:
en el puerto que anhela el río.
Los guinches: ágiles manazas
de hierro agilizado
en función
de poblados diques.

Laberinto de dársenas,
en sinfín de bosquejados
puentes que giran
y duermen en sueños,
pesados de camiones
que huyen apurados.

Sombríamente solitario,
con buques y agua
y gente incomprensible
que transita alocada
maquinando contrabandos.

En mañanas neblinosas,
el gigante tiene manos macabras,
que se izan al cielo
llorando su cansancio.

J. C. Conde Sauné