lunes, 18 de junio de 2012

GARDEL SIGUE COPANDO LA PARADA


El Charles llega a la parada, cuando
todas las cartas están sobre la mesa.
Saca la viola y con voz de ñorse
se manda "Mano a mano" o "Recuerdo malevo",
y sigue deslizando a través del tiempo
su canto que no sabe de mancadas.
Está siempre ahí, con su sonrisa y su funyi;
ya nadie se acuerda, o pocos, que era amigo
de Barceló cantando en los mitines conservas.
Está con el reaje porque éste se sabe
sus tangos de memoria y envidia su pinta
de cheronca y ganador con las minas.
Tampoco nos importa que sea "made in france"
y que pronuncie la ene a lo franchute.
El Morocho vive en cada esquina
de los suburbios envejecidos,
en los yotivencos descacarados
del Dock, de la Boca o en el Abasto
aunque ya no sea el mismo
y los cacas sean mayoría.
Venciendo a la forrería
de alaridos estridentes
que quiere hacer la pata ancha,
el choromo les dice
que hay gola para rato.

J. C. Conde Sauné

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