miércoles, 2 de septiembre de 2009

El viernes pasado se produjo en Acassuso, a pocas cuadras de Barrancas, en donde yo vivía, un asalto a un Banco. Miré con extrañeza, por televisión ese barrio por el que transcurrió mi niñez y adolescencia. Dije alguna vez, que los cuentos de "Dos veces el mismo río", son casi autobiográficos y que están ambientados allí. Ahora me resultaba raro verlo, a pesar que mucho no había cambiado; aunque ese Banco no estaba y no había negocios a la vista, casi todas eran residencias. Muchas noches, a veces de madrugada, cuando volvía de alguna fiesta en San Isidro, venía caminando por la calle Perú hacia mi casa, enfrente de la, entonces, estación Las Barrancas; todavía no era el Tren de la Costa.
Recordaba no cerrar nunca las puertas de casa, que daban a la vereda y jugar tranquilo al fútbol en la calle, algún potrero, la playa o el club Ausonia. Ése era mi paraíso y sobre todo el río, todavía no contaminado, al que iba a nadar. La contaminación ambiental, casi, no existía y la delincuencia no era tan frecuente como hoy en día. Sociedad y medio ambiente, se han echado a perder. Ya no hay lugar seguro. Estamos expuestos al deterioro, de ésto que aún seguimos soñando como país.
17-01-2006 * J. C. Conde Sauné

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