miércoles, 19 de febrero de 2014

"Sirenas en el campo de golf", cuentos de Patricia Highsmith, publicados por la "Editorial Norma" para una colección de la revista "Ñ"; es otra buena lectura en mi haber. Creo que alguna vez comenté, que uno de los atributos de esa escritora es su notable habilidad narrativa. Uno toma un libro de ella y es difícil dejarlo; no porque sea un mero entretenimiento, sino porque sus argumentos calan hondo en la condición humana.
Son once cuentos de un nivel descollante, quizás "No en esta vida, tal vez en la próxima" sería el menos importante; porque está hecho con un aire de fantasía y ella se siente más cómoda con lo real y cotidiano. Hay siete cuentos que me gustaron mucho, aunque algunos personajes no sean para estimar. En "El botón", su protagonista comete un crimen inaudito y demencial. "Donde está la acción": aquí un periodista utiliza al máximo una foto que tomó en un asalto, al igual que la chica famosa que lo sufrió. "El tic tac de un reloj de Navidad": un matrimonio entra en crisis por el robo cometido por un chico mendigo, al que la mujer pretendía ayudar. "Un tiro desde ninguna parte", es otro cuento magnífico. Un estudiante norteamericano de arte, va a un pueblo mexicano a buscar temas para sus bocetos y se ve involucrado en un crimen que él no cometió. "El material de la locura", es un relato desopilante aunque su final roce el humor negro. En el mismo rango de enajenación podría situarse "No soy tan eficiente como otras personas". Al sujeto de este cuento se le va la mano en una desmesura de perfección y competencia con un vecino. "El mes más cruel" (algo familiar a Eliot, el título). La francesa Odile, su heroína, vivía obsesionada con los escritores que admiraba y siempre les mandaba cartas. Se sentía ofendida porque Graham Greene nunca se las había contestado. Pero otros sí lo hacían y un día decide ir a visitar a uno de ellos, sin previo aviso, a Inglaterra y allí vive su odisea.
Si bien en este libro la muerte está a veces en acecho, sus tramas no son policiales; son hechos fortuitos e inesperados donde orilla la insania. Y lo encontré en una mesa de saldos, no siempre lo barato sale caro.
J. C. Conde Sauné

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