viernes, 27 de junio de 2014

Una orquesta de tango que siempre me gustó escuchar, era la de Miguel Caló; con su ritmo muy particular presagiando a Osmar Maderna, no en vano fue su pianista y eventual arreglador. Tuve de él, alguno que otro disco 78 rpm, pero me quedé sin nada. Busqué en internet y encontré muy buenos registros. Entre ellos está "Marión", con la orquesta de Caló hay dos grabaciones, una cantada por Raúl Iriarte y otra por Roberto Rufino. Y ahí caí en la cuenta que , en el artículo dedicado a  la mujer con temas de tango, me había olvidado de "Marión". Entonces me propuse hablar un poco de su autor, Luis Rubistein (1908-1954). Este compositor , cuyo nombre verdadero era Moisés Rubinstein, era hijo de una familia ucraniana de origen judío. Ellos vinieron a la Argentina, como muchos inmigrantes, escapando de la guerra; pero Luis nació aquí y vivieron en el barrio porteño de San Cristóbal. En su juventud, Rubistein pronto se adentró en los ambientes del tango: calles umbrosas, cafetines y cabarets. Toda su vida, valga la redundancia, fue un tango. Fue cantor y tocaba el piano de oído. Conoció a mucha gente de tango, en ese ambiente. Hasta Gardel grabó una de sus primeras composiciones: "Tarde gris" que compuso con música de Juan Bautista Guido. De este tango hay muy buenas interpretaciones, aparte de Gardel, Aníbal Troilo-Floreal Ruiz, Miguel Caló-Raúl Iriarte y Osmar Maderna-Pedro Dátila.
A otras, él mismo hizo la letra y la música. Entre ellas están:  "Marión" ambientada, como muchas más, en París: "Marión,/ sé que a tu lado fui feliz/ cuando te dí mi corazón/ en el viejo París. /Recuerdo/ la angustia del adiós/ y el cielo/ llorando por los dos"; "Cadenas" es para escucharla por Mercedes Simone; "Charlemos", este tema es para Carlos Di Sarli con Roberto Rufino y "Rosa de tango", en forma absoluta para Troilo con Alberto Marino. 
Obras para destacar, hechas en colaboración: "Cautivo" (con música de Egidio Pittaluga), me gusta la versión de Troilo con Fiorentino; "Olvido" (Luis C. Amadori, la parte musical), especial para Charlo sin duda y también la canción que compuso con Luis Bayón Herrera, "Igual que ayer", me parecía óptima la intepretación de Jorge Vidal, aunque no me puedo acordar si lo acompañaba la orquesta de Argentino Galván o la de Héctor Artola. Tiene más creaciones, pero éstas son las que resalto.
Luis Rubistein, quizás, no estuvo a la altura de los grandes autores del tango como Cátulo Castillo, Alfredo Le Pera, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Enrique Cadícamo y Homero Expósito; pero los tangos que mencioné, creo que están arraigados en el acervo tanguero. Además, como decía Borges, si a uno lo recuerdan por cuatro o cinco poemas, ya es suficiente.
J. C. Conde Sauné


    

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