martes, 29 de noviembre de 2016

Es penoso que casi toda latinoamérica, haya tenido que recurrir a gobiernos totalitarios. Quizás la falta de un ordenamiento democrático y la ambición de conseguir un poder eterno, llevan a los aventureros a pergeñar revoluciones. Una frase de Chateaubriand, que encontré, me llevó a pensar en eso; y que coincide con la muerte de Fidel Castro. El escritor francés, que después de haber apoyado a Napoleón se alejó de él, vivió desilusionado con el poder y manifestaba: "Hay dos clases de revolucionarios. Los unos desean la revolución y la libertad: son los menos. Los otros quieren la revolución y el poder: son la inmensa mayoría".
Y tiene otra frase que les cae bien a los ideólogos, a sueldo, que apoyan esas revueltas y el poder absoluto: "La verdadera filosofía es la independencia del espíritu humano".
Nosotros aquí, dictaduras mediantes, vivimos en medio de ese chovinismo populista y despótico más de treinta años; con distintos peronismos que son todos idénticos. Se disfrazan según las circunstancias y todavía sueñan con volver. Aunque sea con la frente marchita, como decía Le Pera.
J. C. Conde Sauné  

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