Sí, fue acaso aquel arpegio
o aquella hoja mustia
que cayó en la vereda,
y nos hizo sentir el otoño;
que es una etapa, de melancolía,
insertándose en nuestra vida...
Pero ese sol que aparece,
de a ratos, nos da vigor
y terminamos amando, este tiempo,
cuando florece en un tango querendón.
J. C. Conde Sauné
martes, 17 de abril de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario