sábado, 23 de junio de 2007


Escribir de madrugada, con el sueño vencido y hasta diría para repensar el día, es un extraño ejercicio.
Ahora como en el crepúsculo todo se ha detenido, ni un vehículo en la calle, nada, la soledad es más persistente y recordar algunas cosas cuesta muy poco..
Me acuerdo de mi padre, que cuando se levantaba para ir a trabajar, me veía escribiendo y que no me había acostado, decía: "ahí está el fantasma, todavía dando vueltas en la noche". Sí me había ganado el mote de "fantasma" y me lo repetía a menudo. Y a mí, ciertamente, me agradaba...
Ahora, en este momento, una lejana sirena de ambulancia nos dice que alguien se siente mal y necesita ayuda. Las dolencias también recrudecen durante las noche.
En las noches quietas, ("Quiet nights". ¿era una grabación de Miles Davis?), suele suceder y entonces nos damos cuenta que la trama sigue su curso y el nuevo día tendrá algún sentido.
J. C. Conde Sauné

No hay comentarios:

Publicar un comentario