viernes, 12 de febrero de 2010


Es la cuarta novela de Georges Simenon que leo y no me siento defraudado, al contrario. Creo que es la mejor, de todas la que leí de él. "En chez les flamands" (Entre los flamencos), transcurre la acción en Givet, una ciudad a orillas del río Mosa. Ha desaparecido una chica, Germaine y la acusación general recae en una familia flamenca, los Peeters. Anna, la hija del matrimonio, mediante una recomendación, le pide al comisario Maigret que los ayude a investigar el caso; del cual, ellos dicen, no son culpables. Maigret trabaja de oficio, ya que no es su caso y jurisdicción. A partir de ahí, el sobrio y nada ostentoso estilo de Simenon, yo diría pragmático, elaborará una gran novela policial. ¿Policial? Uno dice policial, porque hay un presunto delito. Pero en realidad, es el desajuste social y no están exentas las mejores familias, al igual que las peores. La corrupción en cierne en 1932, año del origen de esta novela, se acrecentó hasta la fecha; pasando la Segunda guerra y la posguerra.
En muchos países, la vida de la gente no vale nada; el poder y el dinero, han corrompido una parte importante de la sociedad. Sorprende que Simenon, que simpatizó con el fascismo, en sus novelas tenga una amplitud de mira en los desacomodos sociales. Estimo que priva el buen narrador y su ojo crítico, antes que sus ideas.
J. C. Conde Sauné

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