martes, 18 de octubre de 2011

El hecho de haber escrito "Crimen y castigo", "Los hermanos Karamazov", "El idiota" y "Los poseídos", leídos allá en mi lejana pos-adolescencia y consideradas obras maestras; dejan en un cono de sombra otras obras de Dostoiewsky. Tal el caso de "El jugador" (escrita simultáneamente con "Crimen y castigo"), "Notas desde el subsuelo" y estas dos que acabo de leer ahora: "Las pobres gentes" y "Prohartchin", una edición de EMECÉ de mayo de 1945. Obras primerizas, pero el gran Fiodor está y muestra ya su gran talento. /// Dostoiewsky (admirado por Freud, fue el primero en escarbar el mundo interior de los personajes, allí el relato no es descarnado y abunda, como en el caso de "Las pobres gentes" y "Prohartchin", en la introspección de los personajes, no como meros muñecos que caminan por la vida y de lo cual hay que deducir sus comportamientos, por los actos que ejecutan. En Dostoiewsky, como en la novela moderna: Proust, Joyce, Faulkner y otros, el ser ha entrado en trance con su propia conciencia y de ahí en más, ya no hay vuelta hacia el naturalismo objetivo, seco y decantado. /// La habilidad de Dostoiewsky, para corretear por el interior de los personajes, los da en estas dos pequeñas obras maestras de reciente lectura: "Las pobres gentes" y "Prohartchin". /// "Crimen y castigo" volví a leerla después, pero no "Los hermanos Karamazov" o "El idiota", debería volver sobre ellas. En las grandes obras, siempre se descubre algo nuevo y Dostoiewsky dio varias de ellas.

J. C. Conde Sauné

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