viernes, 20 de abril de 2012

Gracias al canjero, sigo leyendo los libros por tandas que él ofrece; y son de mi agrado, por supuesto. Antes Simenon, ahora P. D. James, que también me tiene atrapado. "La sala del crimen", es la novela de la escritora inglesa que acabo de leer. Elogiada por mi esposa, que la leyó antes, compartí su opinión al terminar de hacerlo yo.
La trama se desarrolla, en torno al museo privado "Dupayne", dedicado a los años de entreguerras (1919-1939) y con una sala, especialmente, dedicada al crimen. Y precisamente, dos de ellos ocurren ahora; uno en la "sala del crimen" y otro en la cercanía de la misma, tomando como modelo, hechos que se muestran en esa sala histórica. El museo lo regentean tres hermanos, después de la muerte del padre su creador. Ellos son Marcus, Carolina y Neville y es este último, una de las víctimas. Le tocará nuevamente a Adam Dalgliesh, detective-poeta, del Scotland Yard investigar los casos. Lo importante de esta narración, al margen del suspenso, es lo que reflejan sus personajes y la ambientación social londinense, que vive a orillas del Támesis. Gente adinerada los Dupayne y los padres de la chica Celia Mellock, también allí asesinada. En esta novela nos enteramos que allá también hay "ocupas", hijos a la deriva, sexo libre en un club casi masónico, clase social corrompida y las piezas del poder que "sugieren" a Dalgliesh, la menor trascendencia del caso. Cuando el detective interroga a los padres de Celia, la chica asesinada, se da cuenta que para amasar grandes sumas de dinero, no se necesita sabiduría o inteligencia, sino sólo talento para saquear.
Pocos personajes queribles: Neville Dupayne (el médico asesinado), Tally Clutton (la señora que hace la limpieza del museo y vive en una casita aledaña al mismo). Los policías son pragmáticos, hacen su trabajo como pueden y piensan en ascensos y traslados que los beneficie. Rescato a Dalgliesh, además es poeta y piensa que la policía no puede ser mejor que la sociedad que los forma y los educa. También está enamorado, el amor y la poesía curan todo.
Esta gran novela de P. D. James tiene un verso de T. S. Eliot al comienzo, se los dejo de regalo: "Tiempo presente y tiempo pasado/ se hallan, tal vez, presentes en el tiempo futuro,/ y el futuro incluido en el tiempo pasado". 
J. C. Conde Sauné  

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