viernes, 13 de abril de 2012

Limpiar la biblioteca, trae aparejado relecturas. Antes Tennessee Williams, ahora Roberto Arlt y su libro de cuentos "El jorobadito"; es uno de mis escritores queridos. Tomé, el otro día, el libro mencionado y miré las marcas que hago en los cuentos que me gustaron más. Y estaban: "El jorobadito", "Pequeños propietarios" y "Noche terrible"; entre los nueve del libro de Editorial Losada (año 1958). Habré leído estos cuentos allá por los 60. Volví a leerlos y confirmé mi elección. También otros que tenía en un escalón más abajo: "Escritor fracasado", "Ester Primavera", "Las fieras", "Una tarde de domingo" y "El traje del fantasma"; conservo estas preferencias. "Luna roja", en el mismo tono que "El traje del fantasma", pero no convence como éste. No sabía, si elegir para mi antología personal del cuento, "El jorobadito" o "Noche terrible". Iba a tirar la moneda como Ricardo Stepens, personaje del último cuento, pero no lo hice; elegí "El jorobadito".
Algunos cuentos de Arlt, como el recién nombrado, pueden sonar como antiguos. La vida de pareja, la familia y las relaciones humanas cambiaron. La mujer, hoy en día, no aspira a casarse para que la mantengan. Trabaja a la par del hombre y sola lo puede hacer. Pero cuando leo a Arlt, que por otra parte, refleja otra época, lo que no cambió es la esencia de las cosas. Hay más ambición, competencia y deterioro en la sociedad. Personajes como los de "Las fieras", abundan y me parece más que antes. Y ciertas mujeres, aún con independencia económica, aspiran a más y se arriman a hombres con dinero.No como el que posee Ricardo Stepens, un simple empleado; pero tal vez un gerente, un político encumbrado, jugador de fútbol o algún empresario. Y no hablemos de los escritores fracasados y resentidos, que continuamente se la pasan menospreciando a otros que escriben, mal o bien, pero no los toman en cuenta y ejercen una crítica lapidaria o alaban a otros mediocres como ellos. Y ahí, también, está Arlt con su "Escritor fracasado". Como ven, los tiempos cambiaron; pero la esencia, en la temática de Roberto Arlt, sigue vigente.
J. C. Conde Sauné 

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