Hacia donde los nenúfares pierden su
suave persistencia y el tiempo es aún
más persistente.
Hacia donde la palabra corona su
imagen y un simple gesto es una
esperanza.
Devuelvo mis errores y mis pasos andados.
¿Porqué no detuve el tiempo
cuando era necesario?
Ahora el espacio es como un cielo indiferente,
que nos mira sin rencor, pero que tampoco
nos ofrece nada.
¡Tiernas flores del silencio que viajan
hacia la eternidad!
Vana belleza, suspendida en el vacío.
J. C. Conde Sauné
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