sábado, 15 de octubre de 2016

Me agrada volver a los libros ya leídos, porque es una manera de encontrarse, nuevamente, con algo que uno guardó y pensaba releer; aparte de comentar en mi blog.
GILBERT K. CHESTERTON escribió una serie de cuentos policiales, publicados con el título "Las paradojas de Mr. Pond". "Espasa-Calpe", en 1940, los publicó en su recordable "Colección Austral".
Mr. Pond, funcionario del gobierno, se entretiene con sus amigos, el capitán Gahagan y otro funcionario estatal, sir Hubert Wotton, a resolver los casos que les llevan o que les contaron. Emplea los contrasentidos de las paradojas; algo que desconcierta a sus amigos y a la gente que le trae algunos hechos que no se resolvieron.
El libro contiene ocho cuentos magníficos, destaco: "Anillo de amantes", en donde un caso antiguo Mr. Pond lo resuelve en una cena a la que fue invitado; "El crimen del capitán Gahagan", "El hombre inmencionable" y "El terrible trovador" (donde en el comienzo, Mr. Pond plantea una paradoja para aclarar un asesinato: "En la naturaleza hay que ir muy bajo para encontrar cosas que van tan alto"; también hay reminiscencias de los crímenes de la rue Morgue de Poe). Completan el tomo: "Los tres jinetes del Apocalipsis", "Cuando los médicos están de acuerdo", "Míster Pond, el polichinela" y "Una exageración".
Chesterton (1874-1936) fue sin duda, uno de los escritores relevantes de la literatura inglesa, de un estilo deductivo y atrayente. Román A. Jiménez, el traductor, lo ha sabido respetar y ha hecho una labor impecable con estos cuentos.
J. C. Conde Sauné  

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