lunes, 25 de febrero de 2008


Tuve que ir a buscar unos CD grabados que me dejó Gustavo, mi amigo, antes de volver para España donde vive, en la casa de los suegros. Los grabó después de su visita y no pudo dármelos antes de partir. Gustavo, más joven que yo, empezó escuchando rock y poco a poco se fue pasando al jazz y después al tango, de adelante para atrás: Eduardo Rovira, Piazzolla, Atilio Stampone, Troilo y Pugliese.
Pero me sorprendió mucho, que entre los cuatro CD que me dejara, hubiera dos de Osmar Maderna, grabaciones de 1946/1951. Después recordaba, haberle mencionado a Maderna y que había creado una línea, en el tango distinta a la de Julio de Caro: menos marcación rítmica, más jazzeada y con un vuelo lírico que marcaba él desde el piano. (Escucharlo en "El bajel" y "Loca bohemia", temas precisamente de de Caro). Su escuela llegó a casi todos los pianistas del tango: Stampone, Osvaldo Manzi, Colángelo y Berlinghieri. También influyó, en cierta manera, en Eduardo Rovira, éste estuvo con Maderna antes de Alfredo Gobbi (el arreglo que hizo para Gobbi de su tema "El engobbiao" es "maderneano" puro y lo saca a Gobbi de su estilo "decareano").
Estas dos grabaciones de Maderna, me retrotraen a mis trece o catorce años, cuando pasaba discos en la confitería "Las Barrancas" y difundía a Maderna, que era con Pugliese y Gobbi mis orquestas preferidas. Recuerdo como me gustaba el swing que tenían temas tales: "La cautiva", "Ahí va el dulce" o "El rodeo".
Aunque las grabaciones abunda en temas cantados, siempre la orquesta se destaca acompañando, pero no de la manera formal de algunas orquestas de tango, sino improvisando o con variaciones rítmicas.
Una lástima que Maderna muriera tan joven. Pero dejó una escuela dentro del tango.


J. C. Conde Sauné

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