miércoles, 22 de febrero de 2012

Sigo entusiasmado con P. D. James, ahora termino de leer "El pecado original" (1944). Y me encuentro con otra novela sorprendente que, como "Una cierta justicia" ,también de ella, excede la típica novela policial. Aquí en esta narración, se suceden un suicidio de una editora y tres crímenes. Estos acontecimientos acaecen a orilla del Támesis, en la editorial Peverell Press. Tendrá que resolver los casos, el detective de Scotland Yard Adam Dalgliesh, que aparte es poeta; lo secundan Kate Miskin y Daniel Aaron, de origen judío, que jugará un rol importante en la trama. Como en la ficción anterior mencionada, P. D. James hace un estudio social y político de la situación. El crimen ya no lo cometen sólo los sicópatas, sino que es un entramado, donde se juegan viejos resentimientos, ambiciones personales y un vale todo, en un mundo donde esperar justicia es una utopía. Sus personajes principales, socios de una editorial, Claudia y Gerard Etienne, Frances Peverell, James de Witt y Gabriel Dauntsey; además de una escritora de ficción policial Esmé Carling, exhibirán sus pasiones página tras página. Y llegamos al final, de 631 páginas, que ciertamente uno veía venir; pero la magnífica novela de P. D. James, dejará al descubierto lo falible que es la condición humana. No creo oportuno contar toda la trama; creo que uno entusiasmado, a veces, comete ese error. Si como me pasó a mí, nunca se acercaron a P. D. James, por lo menos, las dos novelas que nombré merecen ser leídas.
J. C. Conde Sauné  

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