martes, 11 de junio de 2013

Cuando vi, años atrás, "Sacrificio" de Andrei Tarkovski mucho no me había entusiasmado; al verla de nuevo , tengo la misma sensación. Pienso que es un ensayo o bosquejo para una película posterior. En toda obra artística siempre, lo dije otras veces, tiene que haber una complicidad del que mira o lee esa obra.
"Sacrificio" (coproducción anglo-franco-sueca) del año 1986, año en que muere Tarkovski, con guión y dirección a su cargo; cuenta con un grupo de grandes actores: Erland Josephson (Alexander), Susan Fleetwood (Adelaide, esposa de Alexander), Allan Edwall (Otto), Tommy Kjellqvist (Gossen, hijo de Alexander) y Guorún S. Gisladóttir (María, sirvienta de la casa) en los roles principales. El comienzo del filme es prometedor, Alexander le transmite a su hijo el amor hacia la naturaleza, contándole un cuento sobre un árbol arruinado que un monje regó todos los días haciéndolo revivir. La sublime "Pasión según San Mateo" de Bach, como fondo musical. Luego hay escenas oníricas o soñadas de un posible fin del mundo, justo cuando Alexander se reune con algunos amigos para festejar su cumpleaños. Allí, con ellos, polemiza sobre los adelantos tecnológicos que no concuerdan con la decadencia ética de la civilización. En esa fantasía o sueño, que sigue al festejo, se avecina una nueva guerra mundial y a partir de ahí todo se torna caótico. Otto, un cartero que le trae un telegrama, se incorpora a ese cumpleaños y le sugiere a Alexander que, para salvar a la humanidad, tenga sexo con María, su sirvienta, que según él tiene poderes sobrenaturales. ¿Ironía o burla? Lo único que se podría tomar como lógico es el final de la película, que obviamente no voy a contar.
Esta realización de Tarkovski ganó cuatro premios en el festival de Cannes en 1986. De Tarkovski, aparte de "Sacrificio" que no me convenció (tampoco a mi cinéfila esposa), vi "La infancia de Iván" 
(1962) al que considero uno de los mejores filmes de todos los tiempos y "Solaris" (1972), tomado de un texto de Stanislaw Lem, que tampoco me atrapó. En un artículo de Quintín sobre Lem, que leí en "Perfil-cultura", él comentaba que a Lem tampoco le gustó lo que Tarkovski hizo con su libro.
Espero que mi amigo, el del regalo, no se ofenda por mi comentario. Pienso conservar este DVD ,entre mis pertenencias, como muestra de su afecto. Mi madre solía decir que a caballo regalado no se le mira los dientes, porque era de mala educación; pido perdón, entonces, por este despropósito.
J. C. Conde Sauné     

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