viernes, 14 de junio de 2013

Hoy con Malen visitamos la muestra, referida Julio Cortázar, en el Centro Cultural Recoleta. Recorrerla y mirar las fotos y muchos de los textos que había leído, fue como reunirse con un viejo y lejano amigo, al que uno ha tratado sólo a través de su obra. Ya dije, en alguna oportunidad, que a Cortázar lo vi en el año 1973 caminando por la Avda. Córdoba, lo saludé y él me respondió de manera atenta y entrañable. Ahora pienso que pasaron 31 años de ese encuentro, que revivo observando esta muestra. Me llamó la atención, un escrito sobre las pesadillas que le ocasionaban los cuentos de Poe leídos en su niñez. Recordé la angustia que   me provocaban, algunos tangos que escuchaba siendo niño, como por ejemplo "Sus ojos se cerraron" y también "Toda mi vida", cuando llegaba a esa parte que decía: "es tan poco lo que falta/ para irme con la muerte/ ya mis ojos no han de verte/ nunca, nunca". Me parecía terrible el destino de ese hombre abandonado por la amada y en trance de morir...
Me sorprende el tiempo que pasó, desde aquel encuentro, absorbido por los trabajos para poder vivir y quizás, cierta indolencia mía; pero, a veces, es muy difícil trabajar, dejar un tiempo para escribir y encima tratar de editar algo. Esto lo digo referente al elogio de Cortázar, que si yo publicaba algún cuento siempre le gustaría leerlos. Lamento esa deuda con él, tengo alrededor de 50 cuentos escritos y 4 cuadernos de poesías, que creo muy publicables. Veré que hago de aquí en adelante.
Me gratificó recorrer esa muestra con Malen y reencontrarme con ese amigo, al que vi personalmente una sola vez, pero al que aprecio a través de sus libros. Dejé expresado algo de eso, en un cuaderno que allí había para los visitantes.
11-08-2004   *   J. C. Conde Sauné  

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