sábado, 17 de agosto de 2013

Cuando trabajaba en la "Editorial Abril", siempre me daban las revistas que allí se editaban. "Claudia", revista femenina, publicaba constantemente un cuento. En uno de sus números, me encontré con uno que me gustó mucho; aunque ahora no recuerdo su título. Pero sí a su autor, del que luego procuré encontrar algún libro. Sólo conseguí, en aquel tiempo, "Libro de los casos" de Angel Bonomini editado por "Editorial Sudamericana" (1975). Este tomo que volví a leer para comentarlo, porque creo que es un autor que merece recordarlo, consta de 30 cuentos breves de un nivel relevante. De ellos resalto: "Los cielos de Rosarito" (la chica que había nacido con los párpados transparentes), "La realidad y el cordero" (el muchacho que presumía que la realidad existía fuera de los seres vivientes y quería verificarlo), "El jaulero de San Isidro" (el hombre que se paseaba con una jaula vacía y simulaba ser un pájaro), "Roque, el plátano" (el que fingió ser un árbol para escapar de la fiebre amarilla), "El reo" (alguien inocente, que se autoincrimina para aliviar la conciencia del juez que lo declaró culpable). Con el rótulo de "Dos casos ceremoniales", dos cuentos más para valorar, se cierra este libro: "El matrimonio Amprubí" (una pareja de vida muy estructurada que planeaba todo) y "La caída de la casa de Barro) (una familia dispuesta a exaltar la tradición argentina, sin aceptar competidores). Los cuentos reunidos en este volumen, de Angel Bonomini, son a todas luces dignos de su lectura. Su laconismo narrativo merodea entre lo absurdo y lo fantástico. Hay además, ironía mordiente, delirio y hasta una piadosa misericordia con sus personajes. La diferencia con otros cuentistas fantásticos, como Cortázar o Buzzati, que mientras éstos transforman lo real en algo quimérico promediando el relato, Bonomini lo instala de entrada.
Angel Bonomini había nacido en Buenos Aires en 1929 y murió en 1994. Fue cuentista, poeta y crítico de arte; sostenía que la memoria no es más que un recurso para crear una ficción. Tengo otro libro suyo para releer y hablar de él, "Más allá del puente"; edición póstuma de 1996.
J. C. Conde Sauné    

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