jueves, 22 de agosto de 2013

LA RICHMOND DE ESMERALDA


Te soñamos viva, porque algún día
sabíamos que serías nada y entre
la nada y los recuerdos, sólo algún
resto o jirón de tango en tus paredes;
que ahora nos parecen decir que la
vida pasa y las circunstancias son otras,
porque lo del viejo Heráclito y el río
que no es el mismo dos veces, como
tampoco es cierto que tu vereda
y ubicación física derriben el tiempo
que no es un niño como muchos suponen,
aunque suele jugar con sus peones.
¿Si nos asomamos a la ventana,
volveremos a ver a Gobbi, a Francini
y al Salgán de entonces?
Alguien me dice que la imaginación
es una zorra tramposa,
capaz de cualquier imposible.
Pero nada se nos ocurre para trampear
a la realidad, porque los escombros
y el polvo desprendido del revoque,
que flota en el recinto,
es sólo un humo, tan humo, tan volátil
como impotente para vencer al tiempo
en un papel y a pesar de
Heráclito, ese otro zorro...

J. C. Conde Sauné

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