sábado, 26 de julio de 2014

Tenía deseos de volver a leer a Henry James, entonces saqué de mi biblioteca "La lección del maestro" editado por "Fabril Editora" en 1962, para su recordada colección "Los libros del mirasol". Tiene tres cuentos: "La lección del maestro", "La muerte del león" y "La próxima vez". Son tres relatos notables para una enseñanza de la literatura; creo yo, más útiles que cualquier taller literario.
En "La lección del maestro", Paul Overt un escritor primerizo, con talento, conoce a uno renombrado y acepta sus consejos paternales. Los toma al pie de la letra y se encuentra con una existencia carente de afectos ; aún triunfando en las letras. La lección es muy simple: elige tu camino y toma los consejos con recaudos. Alguien te puede orientar sobre tu creación literaria, pero la vida que quieres vivir es decisión tuya. "La muerte del león", es otro relato ejemplar. Un crítico literario quiere ser el primero en comentar, lo que puede ser la gran obra póstuma de Neil Paraday; un escritor muy conocido. Éste ha estado muy enfermo y se ha recuperado. Empieza a escribir unos borradores y se los muestra al crítico que ha ganado su confianza; éste los encuentra muy buenos. Todo se va dilatando y aquél se queda a su lado, pensando que si no tiene la primicia de su obra, podrá conocerlo mejor y escribir sobre su vida. Anda también otro cronista fisgoneando su intimidad y el primero, para sacárselo de encima, le dice: "La vida de un artista es su obra, y su obra es el mejor lugar para observarlo (...) Mi querido señor, el mejor periodista es el lector más atento". Una buena lección para los críticos literarios. A pesar que el título lo dice todo y el hecho de haberlo leído antes, lo hice de nuevo con placer. "La próxima vez" es una ficción, donde su protagonista Ray Limbert es un gran escritor, pero de poca difusión y venta; por lo tanto pasa reiteradas penurias económicas. Su suegra lo ayuda, pero lo insta a que triunfe de una vez por todas; quiere que le de una buena vida a su hija. La trama es muy irónica, Lambert trabaja para una revista literaria trivial y trata de escribir con poco vuelo, pero igual lo despiden. Su estilo, según el dueño de la revista, es muy elevado para sus lectores. Intenta escribir libros vulgares, pero siempre fracasa. Un crítico amigo los alaba y le dice que no desista en su empeño. Y sigue escribiendo cada vez mejor, aún sin proponérselo, pero sin éxito hasta el fin de su vida y siempre esperando la próxima obra que lo llevaría al triunfo.
Este último cuento, es otra lección del "maestro" Henry James. ¿Qué esperamos cuando escribimos, el éxito o dar lo mejor de nosotros? Ser o no ser ésta es la cuestión decía Shakespeare, por medio de Hamlet.
J. C. Conde Sauné 

No hay comentarios:

Publicar un comentario