lunes, 29 de septiembre de 2014

En la librería de canjes, donde voy siempre, encontré otra novela de Georges Simenon y la traje para enfrascarme en ella. El título: "La amargura del condenado" y el original en francés: "La guinguette à deux sous". La traducción correcta podría ser: "El merendero de cuatro cuartos" (como se lo nombra en la ficción) o "El mesón/ hostal/ parador - barato/ módico"; pero la verdad, no sé porqué no se respetan los títulos originales. El resto de la traducción, que hizo Joaquín Jordá para "Planeta", está muy bien. Hago un comentario breve sobre esta ficción, ya que sobre Simenon escribí otras veces. Un condenado a muerte, Jean Lenoir, le confiesa al inspector Maigret que él y un amigo, hace años, presenciaron cuando una persona arrojaba un cadáver al canal Saint-Martin y la estuvieron chantajeando para no denunciarla. Luego aquel individuo desapareció, pero Lenoir volvió a verlo pero no tuvo tiempo de extorsionarlo de nuevo ya que él fue apresado por un delito y condenado a muerte. Le da el dato a Maigret que, cuando lo vio, frecuentaba "El merendero de cuatro cuartos". Maigret indaga sin ningún resultado, tratando de aclarar un crimen impune, hasta que una casualidad lo pone en la senda del caso, para tratar de resolverlo. En la trama que sigue hay adulterios, otro asesinato y la ambición de vivir mejor de lo que se puede; para eso están los que prestan dinero.
Repito una vez más, Simenon era un gran novelista que excedía lo policial. Manejaba con solvencia la sicología de sus personajes y armaba una ficción apasionante con menos de doscientas páginas. En donde no faltan la ironía, el desasosiego y la visión impiadosa de la naturaleza humana; cualquier método es válido para lograr un objetivo y el temor al castigo poco importa.
J. C. Conde Sauné            

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