viernes, 19 de octubre de 2007

EN EL BONDI ( 2 ) (Memorias de un pasajero)

Subió radiante y salvaje una noche en Bernal, sacudiendo la modorra de las 23 hs. a los pocos que viajábamos en el colectivo 22. Se paró erguida frente a la máquina expendedora de boletos, casi desafiante como en la selva, cuando junto a Tarzán enfrentaba a tigres y leones.
Esta Jane moderna, tenía el pelo castaño suelto y desgreñado, que enmarcaba una tez color mate y ojos marrones. Vestía una blusita cortita que dejaba el ombligo al aire y el nacimiento de los pechos al desnudo, un pantaloncito tipo minishorts de yin con los bordes desflecados y en vez de sandalias calzaba unas zapatillas deportivas sin medias. Por todo agregado llevaba una mochilita color liana colgada en uno de sus hombros y en la cintura una cartuchera que portaba el celular en vez de puñal.
Uno trataba de imaginar en donde descendería del ómnibus, esta hermosa Diana de la noche, con sus bellas piernas. La única selva posible sería el parque de Villa Domínico; pero no, siguió rumbo hacia la capital. Efectivamente, bajó en Alem y Paraguay. ¿La selva de cemento verde dólar, resultaría tan atractiva para esta chica, como el fulgurante verde de la selva verdadera?.
J. C. Conde Sauné

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