jueves, 6 de marzo de 2008

EN EL BONDI ( 5 ) Memorias de un pasajero

Al llegar el 22 al triángulo de Bernal, subió la pareja. No era una parada, pero el chófer les abrió la puerta y los dejó subir al colectivo. Se colocaron en el medio del pasillo y largaron su discurso:
"señores pasajeros estamos sin trabajo, no queremos robar porque no es cosa buena... por eso pedimos una pequeña colaboración a los que quieran ayudarnos". Miré, de soslayo, mi reloj, eran las 10.30 de la noche, poca gente en el ómnibus, cinco o seis pasajeros. Observé a los que pedían, tenían la marginalidad y los golpes de la vida reflejados en la cara. Empezaron a caminar por el pasillo. Atribulado, escarbé el bolsillo del saco y encontré una moneda de 1 peso, se la dí a la mujer que extendía la mano. "Gracias varón -dijo el tipo que iba con ella". Los otros pasajeros, un tanto inquietos, también les dieron unas monedas. Dos paradas más adelante, bajaron. Apenas lo hicieron, una mujer increpó al colectivero: "usted es un irresponsable, nos deja en manos de esa gente". El chófer se encogió de hombros, diciéndole: "señora usted se va a su casa y yo trabajo toda la noche. Si no les abro, a la vuelta, suben en cualquier parada y me la dan". La mujer seguía furiosa, echándole en cara que no sólo había pagado el boleto, sino también peaje como si fuera en auto. A mí, todo este melodrama me daba risa y a la vez, lástima. Luego me toqué el bolsillo y recapacité, que cuando volviera del trabajo, lo hacía en un hotel a la noche, iba a tener que conseguir cambio para viajar. La chanchita de 1$, se me había ido en el peaje de este petit triángulo de las Bermudas. Hilando un poco más fino, pensé: todos tienen razón, el chófer, la señora, los marginales y los otros pasajeros. Después dicen, que es un país donde reina la sinrazón. ¿O lo dirán, refiriéndose a la clase gobernante?.
J. C. Conde Sauné

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