miércoles, 24 de septiembre de 2008


La primavera llega, como el caudal de un río que inunda las costas. Llega con el aleteo de las golondrinas, que planean cerca de la ventana de la cocina.
Llega como algo indescriptible que sabemos, a ciencia cierta, pasajero y tal vez fugaz.
Pero llega y por un momento apreciamos el verdadero sentido de la vida, ése que no es el de la rapiña o el "stress" cotidianos.
Aleteos de golondrinas y primaveras eternas y mates, con Malen, que nos saben a gloria, en esta mañana que miramos por la ventana, a este candoroso día de setiembre.

21-09-2001  *  J. C. Conde Sauné

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