viernes, 7 de mayo de 2010

Poema Nº 10 ( Cuaderno I ) * Los recuerdos

Las tardes, en San Isidro,
caen de lo fantástico
juntadas con eslabones viejos.

Sus casas grises
trastocan el color de los árboles,
dándoles un tono caprichoso.

Las mañanas, en cambio,
surgen de un clima arbitrario,
para hundirse
en la misma parquedad.

El crujido nocturno,
suele acaparar sombras
en la calle paralela a las vías,
con sus escaleras silenciosas
destilando enamorados.

sí, como un presagio de medianoche
anduvimos por sus adoquines
temiendo que fueran circunstancias
hasta el mismo tren mimoso
que nos llevaba al colegio y que
un día andando sin vías
nos haría ver su certidumbre

junto al terraplén había
una canchita lastimosa
llena de pozos y malezas
un cinco del rácing tricampeón
alternaba de contrabando
en el equipo del barrio

club de choferes para que
horacio salgán puliera tangos
hasta entrarlos como estiletes
en nuestro cuerpo o en los pocos
gatos que por ahí rondábamos
pocos gatos: horacio salgán: que herejía
si se puede ver la pista despoblada
y algún tren que escapaba

Las tardes, en San Isidro,
pueden caer de lo fantástico.
Las mañanas, en cambio,
pueden diluirse en las tinieblas.
Hacia el anochecer, las sombras
pueden capturar recuerdos...

J. C. Conde Sauné

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