jueves, 17 de marzo de 2011

Es difícil seguir escribiendo y obviar lo que está pasando en Japón. Cuando hablo de Japón, pienso en: Akira Kurosawa, Ryunosuke Akutagawa, Toshiko Akiyoshi (...), gente japonesa que vivió y vive en nuestro país; sobre todo los tintoreros a los que uno llevaba la ropa a limpiar. También yo hijo de inmigrantes me gustaba, a veces, hablar con ellos. Supe de una señora, que me contaba de sus familiares muertos en Nagasaki y de otra que se volvía a Japón, para retornar a lo que ella llamaba su raíz. De más está decir, en la gente que sufre esta tragedia en la actualidad. Y queremos a su arte y su gente que son una misma cosa.
Entonces uno se pregunta: ¿porqué un país que ha sufrido dos agresiones atómicas, Nagasaki (40 mil muertos y otros tantos heridos) e Hiroshima (60 mil muertos y más de 100 mil heridos); hace 34 reactores nucleares? ¿Y en una tierra propensa a sismos y maremotos?Ya sabemos, hay intereses comerciales para desarrollar la industria del consumo. Pero se podían buscar alternativas energéticas, sin costo ambiental, que las hay. Los ambientalistas hace rato que claman por esa causa y otras que contaminan el planeta.En fin, la naturaleza tiene sus códigos y principios, los conocemos y hay que respetarlos.
En los noticieros se habla del Apocalipsis, el ser humano es su Apocalipsis y su propio infierno, cuando se lo propone.
Hablando del "Apocalipsis" (capítulo 2-4): "Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor".
Y nuestro primer amor es querer y cuidar a la tierra que nos alimenta y nos dará el último abrigo.
J. C. Conde Sauné

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