viernes, 25 de noviembre de 2011

Como definió JOSÉ SARAMAGO, en su blog, su "árbol genealógico": "En primer lugar coloqué a Camóes, porque todos los caminos portugueses nos llevan a él. Seguían después el padre Antonio Vieira, porque la lengua portuguesa nunca fue más bella que cuando la escribió ese jesuita. Cervantes, porque sin el autor del Quijote la Península Ibérica sería una casa sin tejado. Montaigne, porque no necesitó de Freud para saber quien era. Voltaire, porque perdió las ilusiones sobre la humanidad y sobrevivió al disgusto. Raúl Brandáo, porque no es necesario ser un genio para escribir un libro genial, "Húmus". Fernando Pessoa, porque la puerta por donde se llega a él es la puerta por donde se llega a Portugal (ya teníamos a Camóes, pero todavía nos faltaba Pessoa). Kafka, porque demostró que el hombre es un coleóptero. Eça de Queiroz, porque enseñó la ironía a los portugueses. Jorge Luis Borges, porque inventó la literatura virtual y ,finalmente, Gogol, porque contempló la vida humana y la encontró triste".
Si yo quisiera hacer mi "árbol genealógico", no faltarían, seguro: Cervantes, Kafka y Borges.
J. C. Conde Sauné

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