viernes, 2 de diciembre de 2011

"Una historia violenta" (2005-EEUU), la muy buena película de David Cronenberg, que acabamos de ver, nos dejó pensando en el mundo que vivimos; el primero y el tercero no se diferencian en mucho. Hechos de violencia se suceden, también, aquí en la Capital y en el interior de nuestro país.
La historia de Cronenberg, ambientada en USA con los roles protagónicos de Viggo Mortensen, María Bello y Ed Harris, es un policial negro; pero sin detectives que investiguen sino con delincuentes que establecen sus propios códigos y reglas, dejando aún más a la vista un estado ausente. Uno se las tiene que arreglar como pueda y encomendarse a lo que la suerte le depare. El protagonista del film, con un pasado no muy limpio, que la familia ignora; se ve obligado, por un asalto a su negocio, a responder de una manera contraria a la vida pacífica que llevaba. De ahí en más todo cambia: relación de pareja, con los hijos y hasta la mirada de sus vecinos. La violencia se va adueñando del film hasta el final; no diría feliz, de reencuentro con la familia , que lo acoge de nuevo en su seno. Me parece que la actitud inteligente de Cronenberg, fue no proponer nada moral o justiciero, aunque el desarrollo de la película pareciera indicarlo. Más bien, a mi entender, refleja la anomia de la sociedad norteamericana y algunas otras como la nuestra, donde uno no puede forjar su propio destino, sino tratar de vivir o sobrevivir a lo que la suerte le depare.
La película aquí golpea, porque la situación es igual para el que delinque, sin expectativas para rehabilitarse y para el ciudadano honesto, posible víctima indefensa expuesta a la delincuencia que genera la exclusión social y cultural.
29-11-2005   *  J. C. Conde Sauné

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