viernes, 12 de octubre de 2012
I REMEMBER CLIFFORD
Arremete, se atropellan
las notas, caen
como cascadas y se abren
hacia afuera. Gorgoteos
gillespianos sacuden
su vibrato y quedan como
flotando en la superficie.
Aguijones de avispas sus agudos
y suaves salpicadas sus bajos.
Clifford un duende raro y
querible. Se fue temprano,
cuando esperábamos que su
magia fuera perdurable
entre los sonidos del siglo.
Está y estuvo siempre de este
lado de lo sensible, aquí
en el disco que gira y
nunca se detiene, como el mundo,
como la savia inacabable,
como el zumbido de una abeja
que llega con la primavera;
y los primeros estíos y las primeras
flores. I remember Clifford.
J. C. Conde Sauné
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