jueves, 14 de febrero de 2013

Eduardo Rovira "A Evaristo Carriego", es un CD difundido por la UNL (Universidad Nacional del Litoral). Grabación original de 1966 con el trío y de 1961 con el octeto.
El "Trío de Eduardo Rovira":  (Eduardo Rovira - bandoneón), (Fernando Romano - bajo) y (Rodolfo Alchourrón - guitarra eléctrica); comprende los siguientes temas: "A Evaristo Carriego", "A Roberto Arlt" y "A Luis Luchi". Los tres compuestos y arreglados por Rovira para su trío. Además está en este CD, su "Agrupación de Tango Moderno" del LP anterior, "Tangos en una nueva dimensión". Integraban ese octeto: Rovira (bandoneón y arreglos), Reynaldo Nichele (violín solista), Ernesto Citón (violín), Héctor G. Ojeda (violín),  Mario Lalli (viola), Enrique Lannoo (cello), Fernando Romano (bajo) y Leopoldo Soria (piano). Y estas composiciones: "Sónico" (E. Rovira), "Patético" (Jorge Caldara), "Baile de etiqueta" (R. Nichele), "Preludio de la guitarra abandonada" (E. Rovira), "Edición extra" (José Antonio Moreno), "Tristoscuro" (E. Rovira), "Abril" (E. M. Francini - E. Duca) y "A los amigos" (Armando Pontier). Faltan del vinilo original, en el CD, "Melancólico Buenos Aires" y "Tango del ángel" (A. Piazzolla), "Febril" (E. Rovira) y "A Horacio Paz" (E. Lannoo). Cuatro temas brillantes en composición e interpretación; en los de Piazzolla, precisamente, se puede evidenciar la diferencia de estilo entre ambos. Hablando vez pasada con Beatriz Senra, esposa de Roberto Rovira su hijo; me dijo que contemplaban editar, la grabación completa del LP anterior en compacto. Ambos están al cuidado, de la difusión de su obra.
La grabación del trío cuenta con un comentario, en una gacetilla que viene en el CD, de Marcelo Nisinman; tan magnífico, que dispensaría el mío. Pero agrego algo:  "A Evaristo Carriego", a pesar de la simpleza aparente como dice Nisinman, tiene una riqueza armónica invalorable, en la primera parte y en la coda; los tres instrumentos en conjunción impecable. El aire de milonga de la segunda parte, se contrapone a la melancolía de las otras. "A Roberto Arlt", refleja el estilo impulsivo e intenso de Arlt y luego la pausa del bandoneón, meditando la próxima frase; como si estuviera escribiendo. "A Luis Luchi", es un homenaje a un gran poeta olvidado por el canon y muy conectado con Arlt; por su pasión por lo insondable de Buenos Aires. En los abruptos cortes del compás, de la composición, está reflejada la métrica de los versos de Luchi.
Para el octeto, también en el folleto, hay un análisis musical de Rovira que obviaría el mío. Pero mi pasión por la música puede más que yo y pongo mis pequeñas apostillas sobre algunos temas. "Sónico" es el arreglo más osado de Rovira, donde él  mismo aclara que aflora la atonalidad en la primera parte; el bandoneón y los demás ejecutantes competan esta osadía. En "Baile de etiqueta", el arreglo de Rovira en el comienzo, transita un modo "canyengue" a lo Alfredo Gobbi; no en vano fue su bandoneón. "Preludio de la guitarra abandonada", en el principio de esta bella obra hay un aire folklórico y campero. Otra composición de Rovira que me gusta mucho, me trae recuerdos de Waldo de los Ríos. "Tristoscuro", se vuelve al contrapunto y al tono de cámara; que comienza el piano de Soria con un ritmo ajeno al tango de 3x4. Me agrada mucho el tema y el arreglo. "Abril": ¡Qué composición más bella, ésta de Francini! Rovira le pide prestado, aunque puesto al día, el tono de concierto de Osmar Maderna. Bueno, él allí también lució su bandoneón. "A los amigos", en este tema de Pontier no participa el piano y da lugar a que Rovira exhiba su destreza y sensibilidad en la ejecución del bandoneón; para acallar a los que opinan que es un músico sin "feeling". Todo este CD, también lo testifica; es notable.
Thelonious Monk decía que había que crear música, aunque recién fuera valorada quince o veinte años después; es el caso de Rovira, un músico injustamente postergado. Sergio A. Pujol, en un comentario que yo tenía guardado, expresó: "Si Piazzolla pagó la osadía de sus comienzos con una andanada de agresiones e insultos, lo de Rovira fue más módico, y por eso mismo más cruel: el silencio". Por eso es loable que Beatriz Senra y Roberto Rovira, hagan lo posible para sacarlo de su ostracismo.
J. C. Conde Sauné 

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