lunes, 18 de febrero de 2013

Nuestro sobrino Guillermo nos regaló: a Malen el libro "Enfermos de poder " de Nelson Castro y a mí el CD "Thelonious Monk quartet with John Coltrane at Carnegie Hall". Después de Malen, leí el libro de Nelson Castro y me gustó su original enfoque; aparte del breve análisis político, describe las patologías de los personajes. Y son muy bien analizados por él, que es médico, además de periodista. En la historia argentina, siempre me había intrigado el presidente Roberto Ortiz. Mi padre me lo había descrito como un buen presidente que daba para más, si no lo hubieran matado, según él. A mí, me había quedado siempre la duda. Nelson Castro describe y analiza su enfermedad: era diabético, sus transgresiones dietéticas y la tensión de ejercer el poder, lo llevaron a la tumba. Me conmovió, parte de su confesión antes de morir: "...¡Qué poco importantes resultan en estas horas las cosas que parecían grandes, y qué pequeños los sentimientos y los resentimientos, que absorben y dividen a los hombres!" Creo que que habría que hacer un cuadrito, con esta frase y colgarlo en el despacho presidencial de la Casa Rosada; para que lo lean, al entrar, este presidente y los futuros.
Y así pasan, entre otros, por el libro: Manuel Quintana, Hipólito Yrigoyen, Lenin, Mao Tsé-tung y Dwight Eisenhower; hasta llegar, al fin del libro, con Juan Pablo II. A éste lo llama, el atleta de Dios, mostrando su enfermedad y el uso que hizo de ella el Vaticano, como algo patético. Lo que pudimos corroborar, todos nosotros, por la TV. Es un libro que aprecié mucho, por lo accesible a pesar de usar términos médicos. Tiene razón su autor, el poder enferma a los que lo ejercen y a nosotros los gobernados, que sufrimos sus consecuencias; sobre todo las de los malos gobiernos.
Otrosí digo: Thelonious, siempre era Thelonious. Un músico genial, fuera de los moldes previstos. Escuchar "Sweet and lovely" en 1957 con Coltrane (Carnegie Hall), una versión distinta e igual de notable, a la posterior de 1963 con el saxo de Charlie Rouse; ya de por sí vale el compacto. No hay mejores regalos que un libro y música. Nuestro querido sobrino lo sabe, porque nos conoce.
5-02-2007   *   J. C. Conde Sauné

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