martes, 9 de diciembre de 2014

Muchas veces me pregunto, porqué en mi poesía y en estos escritos que son una suerte de antimemorias en el sentido, no estricto, que le daba André Malraux a los suyos toco, salvo en la parte narrativa, tan poco la realidad. En la vida cotidiana y con quienes me conocen cuestiono, critico y abomino de la suerte o, mejor dicho, el destino de nuestro país; sacudido por siniestras dictaduras y por toda suerte de políticos corruptos y mediocres, aliados a los grupos económicos nativos y extranjeros, enarbolando falsos populismos.
No sé, pienso que este es un remanso en el que me cuesta hablar de la realidad política. Aquí ejerzo una suerte de vigilia mística, en la que la poesía todavía tiene cabida. Tal vez sea eso o la evasión de la saturación diaria, de girar siempre sobre lo mismo sin ningún sentido o más bien yendo al garete. Quizás sea irresponsable, de mi parte, no comentar lo que nos toca vivir y dar algunas premisas. Pero pienso: ¿estos escritos cuándo se van a leer? En cambio mi palabra y mi opinión diaria, están siempre en mis labios.
Los malos gobiernos seguirán gozando de buena salud, hasta que los ciudadanos no sepan distinguir lo que es una falaz demagogia y un logro concreto.
20-08-2001   *   J. C. Conde Sauné   

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