miércoles, 21 de octubre de 2015

"Un aire mortal" (1957), novela policial de MARGARET MILLAR, es otra de las muy buenas que he leído últimamente. Aquí tampoco hay detectives y la policía actúa de oficio; todo hace presumir un suicidio. Se podría tomar como una ficción con trama amorosa, en donde el adulterio es frecuente y a veces consentido. Ron Galloway desaparece, después de despedirse de su esposa Esther y su dos hijos; iba a reunirse, un fin de semana, con unos amigos en una casa afuera de la ciudad, en Canadá. Sus cuatro amigos: Bill Winslow, Joe Hepburn, Harry Bream y Ralph Turee, lo esperan pero él no aparece. Más tarde se enteran, que tuvo un accidente con el auto y murió. Días después Esther, su mujer, recibe una carta de su marido, enviada antes del hecho luctuoso; ahí le dice que va a tener un hijo con Thelma, la mujer de su mejor amigo Harry Bream y en la cual da a entender que se quitará la vida. Quedan todos con esa presunción, que nunca le termina de cerrar a su otro amigo Ralph Turee; el intelectual del grupo, enseña economía en la Universidad de Toronto. Aunque el cadáver de Ron apareció con él en su auto, al volante y con el cinturón de seguridad. El argumento tomará un giro inesperado, por un hecho eventual en el que intervendrá Ralph. Esta novela de Millar tiene un gran suspenso y un análisis de los personajes, que sobrepasa la simple novela policial. Fue publicada por la recordable "Fabril Editora" (Bs. As.) en 1960 y con una muy buena traducción  de Aníbal Leal.
Margaret Millar (Margaret Ellis Sturm / 1915-1994) Canadá; toma el apellido Millar cuando se casa con Kenneth Millar que ya escribía, antes que ella, publicando algunos libros con ese nombre. Cuando Margaret comienza a escribir y adopta ese apellido, él se lo cambia por Ross Macdonald, afirmando que no podía haber, en un hogar, dos escritores con un mismo apellido.
J. C. Conde Sauné 

No hay comentarios:

Publicar un comentario