Noche: milagro viviente
de eternas estrellas.
Vuelve tu silencio tan
hecho de ternura.
Recorre, tus largos campos oníricos,
la mansedumbre de tu lento brincar.
He merecido tu navegar
de lunas por mis ojos,
tu rocío de pana salvaje,
tu aletear esperando mis ausencias.
J. C. Conde Sauné
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