jueves, 27 de septiembre de 2007

EN EL BONDI ( 1 ) (Memorias de un pasajero)


Si uno no tiene coche y no sabe manejar, en cierto modo no es un problema, se las arregla con el colectivo, mira el paisaje entretenido y observa a la gente que sube y baja; estudiando las actitudes, es como una suerte de zoo humano. Uno tal vez es observado. Entonces ahí, zas, se hace el tonto y mira por la ventanilla.Todo resulta muy entretenido y hasta divertido. Por ejemplo, ver como un señor distraídamente, como sin darse cuenta, roza a una mujer con persistencia, eso que en la jerga cotidiana se llama "franelear". La mujer, también distraídamente, dispara un codazo hacia atrás y el tipo se retira con recato. Segundos y afuera.
Está el otro señor de pie, que semblantea a un posible pasajero a descender y cuando esto ocurre, pone pierna, codo y portafolios, protegiendo el asiento a ocupar.
Pero lo más terrible para el que no tiene coche y no sabe manejar, es distinguir un auto entre una marca y otra. Esto me ocurre a mí, viajero fisgón, cuando por alguna ocasión especial pido un remis y me dicen de la remisería ahí va un "sierra", un "duna" o lo que fuera y atribulado, le pregunto de que color es el coche que envían, para reconocerlo mejor. Se produce un silencio del otro lado de la línea y la chica de la agencia no sabe si le estoy tomando el pelo. Pero no, soy un chapado a la antigua que no ha entrado en la modernidad; no identifico marcas de coches, no poseo celular y menos aún computadora, aunque sé usarla en el trabajo. Me considero un pasajero vip de bondi, algo es algo. Al fin, vivo en un país sumergido y más que de autos, tendría que saber submarinos, valga el consuelo.
J. C. Conde Sauné

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