sábado, 29 de noviembre de 2014

"Lilya Forever" es un filme sueco, del año 2002, con dirección y guión de Lukas Moodysson. El tema está basado en un hecho real ocurrido en Lituania y protagonizado por una menor de 16 años. En la ficción esta chica se transformó en Lilya interpretada por Oksana Akinshina y con un gran trabajo de esta actriz que, en ese entonces, tenía quince años. La acción transcurre en la ex Unión Soviética, aunque está filmada en Estonia. Lilya es una hija no deseada, a la que su madre abandona para irse a Estados Unidos con su nueva pareja; Lilya pensaba que su madre la iba a llevar. La deja al cuidado de una tía, prometiéndole un envío de dinero cuando consiga trabajo allá. La madre no cumple esa promesa y la tía no quiere ocuparse de ella. Lilya abandona su casa y la escuela, quedando en la calle. Comparte ese desamparo con Volodya, un chico menor que ella, al que su padre echó de la casa; prácticamente lo adopta como un hermanito. Lilya empieza a ir a un boliche, allí consigue algo de dinero, para mantenerse, prostituyéndose y ayudando también a Volodya. Conoce a Andrei quien, luego de seducirla, promete llevarla a Suecia adonde él dice tener un empleo y conseguirle uno a ella. El desenlace uno ya lo imaginaba; cuando comienza la película, con Lilya caminando desorientada hacia un puente. No obstante es valiosa, porque muestra un mundo rufianesco donde poco importa explotar a una menor, en plena indefensión, o a quien sea; el asunto es conseguir plata dulce sin ningún escrúpulo. La película es muy buena, aunque me chocaron un poco esos angelitos del final. Uno ya sabía que Lilya y Volodya, fueron chicos inocentes desprotegidos y maltratados; por eso me pareció una redundancia la escena póstuma, como si la muerte fuera una solución factible.
Este filme fue producido por Suecia y Dinamarca, con música de Nathan Larson y actuaciones sobresalientes, además de Oksana Akinshina, de Artyom Bogucharsky (en la piel de Volodya) y el resto del elenco.
J. C. Conde Sauné

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