martes, 26 de abril de 2011

Cuando guardé, en mi biblioteca, el libro de cuentos de Jan Neruda, no sólo me encontré con el de Robert Musil, sino también con "Plenos poderes" de Pablo Neruda. Me asombró, que es el único libro de él que resta en mi posesión. Me faltan, si mal no recuerdo, "Tercera residencia","Odas elementales" y "Cantos ceremoniales"; estoy seguro de no haberlos canjeado. Neruda es uno de los poetas, que me gusta releer de vez en cuando. Habían terminado mis pertenencias, como tantos otros, en algunos préstamos; tengo espíritu de bibliotecario generoso./// Hice una releída de "Plenos poderes"; a la poesía es difícil comentarla y menos, aún, criticarla. Es muy simple: tiene o no validez o está lograda o no. Las causas para poder vislumbrar aquellas premisas, se basan, a mi criterio, en su construcción, ritmo y sobre todo en el interés de su temática; aunque ésto es relativo./// Lo que a mí me asombra en Neruda, es su ubicuidad para encontrar la cadencia adecuada en el juego de imágenes y la disposición para extender o acortar el verso. Un ejemplo, en este libro: OCÉANO - "Cuerpo más puro que una ola,/ sal que lava la línea,/ y el ave lúcida/ volando sin raíces". Y un ejemplo de lo primero, sus poemas: "En la torre", "Los nacimientos", "Al difunto pobre", "Al mismo puerto" y "A la tristeza"./// Siempre digo: la noble poesía, es buena para el espíritu y como decía Susan Sontag, aunque ella se refería con leer a Dostoievsky, nos hace mejores personas.

J. C. Conde Sauné

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