lunes, 18 de abril de 2011

Siempre me propuse leer "El hombre sin atributos", la obra cumbre, según los críticos literarios, de Robert Musil nacido en Austria en 1890; pero quedó en la lista de espera, entre las tantas obras que todavía no leí. Ahora, acabo leer nuevamente, del autor citado, "Tres mujeres"; un libro comprado hace muchos años. Tenía anotado, en un cuaderno, el relato "Tonka" en mi antología particular. Al guardar el libro de Jan Neruda, que comenté y lo quiero conservar, me encontré con Musil. ///"Tonka", es una narración conmovedora, en donde se encuentran un hombre y una mujer completamente contrapuestos. Él, un hombre ilustrado, le tiene aprecio a ella, pero para su vida tiene otras aspiraciones. Tonka cuidaba a una señora anciana enferma y queda sin trabajo al morir aquélla. Él recibido de químico, deja la casa paterna y se lleva a Tonka a una gran ciudad alemana, allí conviven y ella queda embarazada y se desencadena el gran drama, en donde Tonka la mujer simple y poco ambiciosa, tiene una nueva dimensión a los ojos del lector.///"Hay un tiempo en la vida en que ésta retarda su marcha, sensiblemente, como si vacilara entre seguir adelante o cambiar de rumbo. Es posible, que en ese período uno sea más propenso a que le pase una desgracia". Así de esta manera magnífica, comienza "Grigia", el otro cuento de Musil que también me gustó mucho. Su protagonista Homo, de una vida matrimonial armoniosa, consigue un trabajo como geólogo lejos del hogar; Más para escapar por egoísmo, de una enfermedad crónica de su hijo pequeño, Piensa que eso le saca tiempo a sus proyectos y huye, por así decirlo, cobardemente. Al principio contesta las cartas que le envía su mujer, luego las obvia. Una relación extramatrimonial, en dicho lugar, pondrá fin a esta historia de una manera abrupta; en donde Grigia juega sus cartas.///En una escala menor, pero no deja de ser un muy buen relato, queda "La portuguesa"; esta mujer va a tener un rol protagónico, en la vida de un señor feudal llamado Ketten, siempre en luchas intestinas, con el clero, por la posesión de tierras, cerca de Trento. El rol de ella, se comentaba en el pueblo que practicaba la hechicería, va a influir en su vida y en la de su esposo atribulado por los combates y su ambición.///Se comenta, que esta disposición de Musil hacia personajes femeninos, no fue muy apreciada en su Austria natal, se lo consideraba sensiblero y feminista; sin embargo, hurgó el interior de sus personajes que descubrió extremando al límite sus pasiones. Era un arquetipo de la narrativa moderna. Esta edición es de 1968 hecha en Barcelona por Seix Barral, con traducciones de Ingrid Zeder para "Grigia" y Tonka" y Mario Benedetti para "La portuguesa"; las tres muy buenas.///Robert Musil, luego de abandonar la carrera militar, se recibió de ingeniero y más tarde se doctoró en sicología en Berlín. Cuando Hitler anexa Austria al III Reich, se exilia en Ginebra, donde fallece en 1942.

J. C. Conde Sauné


No hay comentarios:

Publicar un comentario