lunes, 16 de enero de 2012

Phyllis Dorothy James (1920-Inglaterra), que firma sus libros simplemente como P. D. James, empezó a escribir tarde, a los 43 años; si bien en la actualidad, se es joven y prueba una vez más que para una escritora con talento, la edad es lo de menos. Ahora termino de leer su novela, "Una cierta justicia" (1997), y descubro a una novelista notable. Una vez más compruebo, que el género policial es anecdótico y la trama lo supera, como en este caso. Es un enfoque social, con dos personajes contrapuestos; Ashe, un joven que se cría en orfanatos por abandono de su familia y Octavia, hija de una importante abogada, que al separarse de su marido, coloca a su hija en un colegio internado y sufre también una especie de abandono por sus padres. Venetia Aldridge, madre de Octavia, defiende a Ashe involucrado en el asesinato de su tía y consigue liberarlo. Éste traba relaciones con Octavia, a raíz de otra subtrama. Venetia es luego asesinada dentro del juzgado y queda otro crimen a resolver, más otro que se sucede. Allí interviene Dalgliesh, detective de la policía metropolitana de Scotland Yard. Lo destacable de la ficción, es como P. D. James contrapone a distintas capas sociales, empezando por la justicia, el delito y los lugares para rehabilitar a un chico abandonado a su suerte. La narradora cuenta de una manera muy fluida e inteligente, las falencias de una sociedad que se agota en sus contradicciones. Simplemente narra, escarbando el alma humana y la coloca en una vidriera difícil de ocultar. Descubrí a una escritora, si bien la había oído nombrar, fuera de lo común; según leí, tiene una veintena de novelas publicadas. Hay otra más, en la mesita de mi biblioteca, lista para ser devorada, "El pecado original".  Uso esta palabra, porque la literatura es parte de mi alimento.
J. C. Conde Sauné 

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