IMPRECISIONES
Lo posterior,
antes de un silbido,
fue que escuchamos
el plañir del día.
La aurora,
una hora antes del suspiro,
escuchó tu último quejido,
sufrimiento de nadie.
¿Si te lloramos, noche?
¿Porqué fingimos: un día
y la aurora y acaso: muerte?
J. C. Conde Sauné
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario