Mientras te veo dormir, así enfundada en tus labios tiernos, pienso en que camino, de tu laberinto onírico, ambulará tu cruel poeta; ése, el de las palabras amargas.
Ahora, sin embargo, te siento más mía porque correteo por tus sueños, juego con vos en ellos y nos divertimos mucho.
Lejos, tan lejos nos hemos ido, que ninguna vaciedad humana puede tocarnos; incontaminados, una mano mía sobre tu latir tibio, vamos hacia el mundoamor todavía por venir.
Encuentro, en él (mundoamor), un beso tuyo debajo del yo te amo, dentro de mi sangre, en mis ardientes venas, acariciándome.
Nada, en el universo, puede dolerme en este momento, o mejor dicho, todo se atempera cuando tu cuerpo tibio me abriga.
J. C. Conde Sauné
No hay comentarios:
Publicar un comentario