lunes, 9 de diciembre de 2013

También de un artículo del "Nouvel Observateur", tomé esta frase de Sócrates, filosofando frente a su calvicie: "La hierba no crece en las calles transitadas". Esto me sumió a mí en reflexiones, no tan profundas como las del filósofo griego, pero reflexiones al fin. Aquí en Argentina, en términos generales, se ha perdido la capacidad de pensar y el razonamiento está devaluado. Uno lo ve en los dirigentes políticos, empresarios, sindicalistas y los distintos canales de información, salvo contadas excepciones, nos damos cuenta que se ventilan siempre las mismas ideas. Se dan vueltas a una noria sin ningún sentido: se negocia la deuda externa, se hacen planes para reformar el Estado y el poder político, se estudia el paupérrimo presupuesto de la educación y de la asistencia social, pero se sigue en lo mismo. Los sectores esclarecidos de la sociedad, intentan subvertir esta situación vetusta, pero no se arriba a ningún plan concreto. Se piensa que con solo formar un frente entre gallos y medianoche, ya se transforma el poder existente. Es realmente penoso ver esto día a día, aún en la vida diaria. La falta de iniciativa y voluntad en la gente, que todavía tiene empleo o maneja un negocio, se ha caído en un facilismo alarmante.
Es cierto que hay para rescatar, a los que se niegan a sucumbir sin dar tregua: redes solidarias, movimientos cooperativos, mutuales y asociaciones independientes varias, los que siguen creando a través de las artes, los que hacen medicina o enseñan en condiciones heroicas y los que día a día trabajan con salarios escasos. Son los verdaderos anticuerpos de esta sociedad enferma. Sólo con ellos se puede pensar que han transitado tanto el camino, que el pasto o maleza no pudo crecer.
19-01-2003     *     J. C. Conde Sauné

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